La crisis desbordada afecta la psiquis de los ciudadanos, observa la Dra. Mireya Lozada, sicóloga social, al ser consultada por medio de comunicación nacional en relación con la situación económica y social que estamos viviendo y de la cual se queja la población.
La situación que presenta el país, explica, tiene varias aristas. Una es, por supuesto, la escasez de alimentos y de medicinas. El otro, la inflación galopante, en razón de lo cual los salarios son insuficientes para comprar lo que se pueda conseguir en el mercado. También está el deterioro del sistema de salud, el ambiente constante de crispación política, la escalada de discursos violentos, además de la persecución y criminalización de ciudadanos y de las organizaciones sociales cuando apegados a la Constitución ejercen su derecho a la protesta pacífica.
Todo esto, que constituye una crisis desbordada, afecta la salud y la psiquis de los ciudadanos, subraya. En vista de que las medidas que ha ido tomando el Gobierno no ha dado solución a estos problemas, la gente está buscando por sus propios medios salidas, algunas violentas y otras desesperadas.
En este orden se refirió a lo que ocurrió semanas atrás en la frontera colombo-venezolana cuando centenares de mujeres lograron superar a los efectivos militares y pasaron al otro lado para adquirir alimentos y medicinas, luego de lo cual el Ejecutivo nacional dejó que se drenara esa angustiante situación y luego paralizó el paso.
Lo que hicieron esas mujeres fue resolver una necesidad básica en ese momento.
Se trató de un desborde social que buscó por sí misma respuesta que desde el punto de política pública no se está dando.
En ese sentido, podemos ver que la crisis es generalizada y se profundiza.
Las cifras económicas indican que a corto plazo pudieran mejoras las condiciones en que nos encontramos en estos momentos. Todas las medidas que se están tomando tienen que ver con la distribución de alimentos, a través de militares o civiles.
Pero, el asunto no es la distribución, por cuanto ésta es una de las aristas del problema.
Lo importante es que la población por su propia cuenta está buscando cómo resolver.
La gente que ya tiene muchos años de existencia, que vivieron la cuarta república y todos lo que ha pasado en la quinta, aseguran que esto no se había visto nunca.
Pero, además tenemos una situación de impunidad, de anarquía, de corrupción que ha alcanzado niveles escandalosos. Se ha perdido el norte ético.
-¿Hasta cuándo puede aguantar la gente una crisis como esta?
-La pregunta no es hasta cuándo, porque ya se han venido dando las expresiones del malestar, de la protesta, de la inconformidad, unas violentas y otras no tanto, en todo el país. Pero, han sido controladas de inmediato por los cuerpos de seguridad del Estado. Ahora, la pregunta que uno se hace es de qué manera pueden desbordarse de forma masiva las manifestaciones sociales. No sabemos nunca qué puede ocurrir cuando crece el malestar.
FUENTE: EL IMPULSO