Es realmente desolador el panorama que a diario se aprecia en el mercado periférico de La Candelaria. Gente recorriendo puesto por puesto para ver quién le regala algo para comer o hurgando en la basura, es el común denominador.
Y no son vagabundos o mendigos, sino solo personas que están pasando hambre producto de la grave situación económica por la que atraviesa el país, y apelan a lo que esté a su alcance para llevar algo para su casa.
Mónica Hurtado, propietaria de un puesto de verduras, no lleva las estadísticas exactas, pero estima que a diario por lo menos 20 personas le piden que les regale algo. Admite que no le da todos porque es imposible, ya que el negocio no tiene los suficientes ingresos para hacerlo, pero por lo general toma en cuenta la edad o la apariencia de quien le pide, para acceder a sus ruegos.
Ismael Chacín, dueño de otro puesto de verduras, contó algo similar. Según señaló la semana pasada se puso a contar y pudo determinar que 27 personas lo visitaron con intenciones de que le regalara alguna fruta o verdura.
“Si le regalamos a cada uno imagínese, de seguro tenemos que cerrar el puesto y esto es lo único que tenemos para el ingreso familiar”.
Carlos Molina trabaja en una venta de pollo y según señaló, por lo general la gente le pide que le regale patas o pescuezos, pero no puede hacerlo porque todo eso se vende.
Yajaira Puente señaló que no regala a quien le pide porque no puede hacerlo, pero se lo dice de manera amable porque sabe cómo está la situación económica del país.
El presidente de la asociación de expendedores de este mercado municipal, Humberto Flores, señaló recientemente que las ventas en ese establecimiento han caído en un 80 por ciento. Y eso se evidenció este domingo cuando se pudo apreciar baja clientela en los diferentes pasillos.
Realmente los precios no ayudan a mejorar la venta. El kilo de cebolla estaba este domingo en mil 600 bolívares y el de tomate en mil 500. Aunque con poca clientela, la carne bistec se ofrecía en 4.200 bolívares el kilo y el pollo en 1900. La piel de animales, es decir, el pellejo, ya no se regala como antes, se vende a 500 bolívares el kilo.
FUENTE: EL CARABOBEÑO