Aaron González falleció este 17 de noviembre, dos días después de cumplir dos años de vida. Falleció después de siete días sin ingerir alimentos. Falleció pesando apenas 6,8 kilos, cuando el peso de un niño de 2 años debería ser de unos 11.

El caso lo denunció el diputado a la Asamblea Nacional, Juan Pablo Guanipa (Primero Justicia), y fue reseñado por el medio regional Diario Contraste. “Lamentablemente, no se pudo salvar su vida porque muchas veces cuando el niño desnutrido llega al hospital, ya no hay nada que hacer. El proceso de destrucción interna es tan profundo que es muy difícil restablecer la salud de esos niños”, dijo Guanipa.

En eso coinciden todos los especialistas: la desnutrición en los primeros años de vida es catastrófica. “Están creciendo rápidamente. El efecto de la desnutrición en ellos es irreversible”, explicó Susana Raffalli, licenciada en Nutrición y Dietética y experta en seguridad alimentaria en situaciones de emergencia.

En el Hospital Chiquinquirá, donde murió Aaron, hay otros 25 niños “a la buena de Dios”, desnutridos, luchando por su vida. Aaron es el vigésimo en fallecer por la misma causa.

Según le explicó una fuente interna al diario regional La Verdad, el 40% de los niños que ingresan presentan algún grado de desnutrición. En lo que va de año en el caraqueño Hospital José Manuel de los Ríos -principal hospital de niños del país-, se han registrado 95 casos de niños con desnutrición aguda, según denunció la jefa del departamento de Nutrición, Crecimiento y Desarrollo, Ingrid Soto.

Raffalli explicó que la Fundación Bengoa para la Alimentación y Nutrición -de la que es miembro-, mediante sus proyectos de investigación, determinó que entre 30% y 32% de los niños venezolanos presentan algún grado de desnutrición. “Es decir, 30 de cada 100 niños están desnutridos. Y si sumamos a los que están en riesgo de desnutrirse, la cifra puede subir hasta 40%.

La licenciada señaló que los casos más graves los han registrado en los barrios y en niños menores de 2 años. “Vemos niños de un mes que pesa 2,7 kilos, cuando el peso al nacer debería ser de 3. Ese niño o nació desnutrido o está perdiendo peso en su primer mes”.

Además, el hecho de que los más afectados sean los más pequeños es un indicativo de la que la situación de privación nutricional es reciente. Por ejemplo, en el caso de un bebé de un mes, puede ser un problema que empezó a desarrollar su mamá durante el embarazo. “No solo es el reflejo de lo que está comiendo, si no de lo que dejó de comer”.

FUENTE: EFECTO COCUYO
FECHA: 21 DE NOVIEMBRE, 2016

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