El año escolar, que termina hoy en todo el país, lo demuestra claramente, pues aunque muchos de los objetivos se cumplieron, la situación del país afectó de varias formas a los planteles públicos y privados.
En Nueva Esparta, este ciclo también cerró con altibajos. La autoridad única de Educación en la entidad, Noris Soto, aseguró que este fue un año bastante movido y de cambios, en el que se avanzó con la revisión del currículo de la educación media, con muy buenos resultados y la realización de importantes congresos educativos.
En entrevista con El Estímulo, informó que en este período hubo un incremento de la migración de colegios privados a públicos, en la matrícula nacional y estadal. En la Isla calcula que el aumento fue de 8%, aunque no tenía la cifra exacta, y dijo que esto se debe no solo al alza de precios de las escuelas de administración privada, sino también a la oferta que tienen en las sedes bolivarianas. “Muchos muchachos quieren acceder a las Canaimas, a los libros, al sistema de alimentación que garantiza la atención educativa bolivariana”.
Soto indicó que este año el Programa de Alimentación. Escolar (PAE) funcionó con bastante regularidad, beneficiando a cerca de 93.000 estudiantes en todo el estado “con una alimentación sana, soberana y sabrosa”.
Por otra parte, indicó que están egresando 7.500 estudiantes de educación media y que las graduaciones se realizarán hasta el 30 de julio. Para el próximo año tienen proyectada la creación de nuevos planteles y 28 aulas, así como también nuevos turnos en las escuelas de medios turnos para satisfacer la demanda de toda la población.
Al ser consultada sobre los efectos que han tenido la crisis nacional y las actividades de protesta regionales sobre la educación señaló que lamentablemente en el municipio Maneiro se vio muy afectada la movilidad de las personas, pero que las escuelas se mantuvieron abiertas y los estudiantes que llegaron fueron recibidos.
“No tengo reporte de incidencia mayor. Afortunadamente todos lograron terminar su parte académica. Esa situación fue horrible, no solo para los alumnos y maestras, sino para la colectividad en general que ha estado afectada por estos problemas, por las trancas, la dificultad para movilizarse de un sitio a otro y todo lo que conlleva ese estado de nerviosismo en el que se ha mantenido la colectividad. Ciertamente las escuelas se han visto afectadas por esto”, aseveró.
En cuanto al rendimiento académico de los estudiantes, comentó que tendría que hacerse un estudio más exhaustivo para determinar si hubo incidencia, sin embargo, el reporte señala que la mayoría logró ser promovida.
Materias pendientes
Para la docente Yanet Márquez, directora de Finanzas de la Asociación Nacional de Institutos Educativos Privados (Andiep), en la educación hay muchos temas que revisar y atender. Entre ellos, se refirió al económico señalando que este “nos afecta a todos”. “Los colegios tienen que adaptarse a la condición del país, a los decretos y aumentos presidenciales y las estructuras de costos son cada vez más complicadas, no alcanza. Al cumplir los decretos esos incrementos hay que trasladárselos a los padres y representantes. Ellos se preguntan hasta cuándo y nosotros también”, dijo.
La deserción de los profesores es otra de las materias en las que hay que trabajar, pues está poniendo en riesgo la calidad de la educación. Explicó que los docentes o se van del país o cambian de profesión. A veces incluso teniendo doctorado prefieren vender empanadas o dulces que estar en un aula, porque no resulta rentable y no les alcanza para vivir en medio de la crisis económica. “Los mejores pagados en el país deberían ser los maestros y educadores, tenemos la enorme responsabilidad de formar a la sociedad”, aseveró.
Márquez coincidió en que las manifestaciones, que ya cumplieron 105 días en todo el país, tuvieron varias consecuencias para los estudiantes. Comentó que algunas instituciones, en Playa El Ángel (Maneiro) y La Asunción (Arismendi) se vieron obligadas a suspender sus actividades en varias ocasiones, sobre todo cuando hubo enfrentamientos con los cuerpos de seguridad y lanzaron bombas lacrimógenas que ponían en riesgo a los alumnos.
“Aun así, la era tecnológica nos ayudó mucho. Fuimos solventando, adaptándonos a lo que teníamos. Nos mantuvimos en constante comunicación con los padres y representantes adelantando lo que se podía. Y, como culminamos bien el primer y segundo lapso, en algunos casos promediamos las notas para resolver el tercer lapso. Fue un año interrumpido, pero la idea era terminar en paz. Los profesores estuvieron muy dispuestos, los padres ayudaron mucho y los alumnos, a pesar de todas las cosas estuvieron con ganas de salir adelante”.
Toda esta situación, aunada a la dificultad para adquirir alimentos y medicinas que está perjudicando a los neoespartanos, y en general a los venezolanos, más el estrés que esto genera, se vio reflejada en las aulas de diferentes liceos. Márquez confirmó que los alumnos en este momento tienen muchas inquietudes e hiperactividad, y que la parte emocional los está afectando mucho. “Unos decían que estaban cansados, les hablabas y era como hablar con la pared, más que todo en los liceos. Tuvimos que ir revisando estrategias, según como estuviera la situación, para poderlos entretener. Aplicamos meditación, un minuto de silencio, cosas que los ayudaran a estar tranquilos y concentrarse en el estudio”, dijo.
María Olivares, profesora de una escuela del estado, indicó que aunque no dejaron de dar clases tanto a los maestros, como los estudiantes, se les complicó mucho el traslado y eso los desmotivó un poco, por tener que caminar largos trayectos.
Por otra parte, refirió que la situación económica ha repercutido fuertemente en su formación, pues la mayoría de esos niños son de escasos recursos y vienen de familias numerosas, que normalmente no cuentan con los recursos para alimentarse correctamente. “El problema alimenticio influye en su rendimiento obviamente, porque si un niño no se alimenta bien, no puede tener la concentración requerida para una actividad académica o deportiva. Afortunadamente el PAE funcionó bien. En muchas escuelas les dan almuerzo a los niños y a veces desayuno, lo que hace que muchos de ellos al menos puedan comer algo en el día”.
Para Olivares, una de las cosas más delicadas es que los niños y los jóvenes toman la imitación como una forma de aprendizaje, y que ahora, en situaciones cotidianas como hacer una formación se agreden y pelean, pues es lo que ven al salir del colegio cuando les toca hacer colas con sus padres para comparar pan o algo que consigan. “Todo ese estrés y malos ratos los repiten en las escuelas. Dicen cosas como yo estoy primero, fulanito me dijo que le guardara el puesto, no te metas aquí, se dan empujones. Es muy fuerte”, sentenció.
Los profesores consultados coincidieron en que esta es la realidad a la que hay que prestarle mayor atención para evitar que la violencia que ven afuera la practiquen en los espacios escolares. Para ello, los padres y representantes deben hacer el máximo esfuerzo explicándoles y educándolos sobre lo que está bien y lo que está mal. Todos esperan que en el próximo año, que iniciará en septiembre, tengan mejores resultados.
Fuente: El Estímulo
Fecha: 14 de julio de 2017