Uno de los problemas que enfrentan a diario los venezolanos para adquirir alimentos, medicinas, pagar el pasaje en transporte público o realizar cualquier otra operación es la creciente escasez de dinero en efectivo, situación que se ha agudizado durante los últimos meses en todo el país.

La dificultad para acceder al papel moneda llevó ayer a los pensionados de estados como Táchira y Lara a protestar luego de esperar por horas en las afueras de los bancos sin recibir el dinero de su pensión; mientras que en Maracaibo y Cabimas (Zulia) se vivió una situación similar el pasado jueves.

Ante este escenario, el equipo de corresponsales de El Universal recogió testimonios de los ciudadanos en los diversos estados del país para reflejar cómo esta realidad afecta el día a día de las comunidades.

En Nueva Esparta falta de efectivo ocasiona ausentismo laboral

El presidente de la Cámara de Comercio de Nueva Esparta, Edward Noguera, aseguró que la falta de efectivo está trayendo consecuencias de todo tipo, empezando por el “ausentismo laboral”, ya que los usuarios del transporte público no logran tener la suficiente cantidad de dinero para movilizarse todos los días.

Afirmó que, debido a la escasez, existe una gran distorsión en todas las transacciones comerciales, básicamente porque la demanda de efectivo es tan grande que se “revende el dinero”.

Una de las prácticas comunes –dijo– es la diferencia de costos entre pagar en efectivo o en transferencia y que, en ese caso, las desigualdades son altísimas. En el mercado de pescados, la diferencia de pagar en punto de venta supera los 50 mil bolívares.

Asimismo, Noguera señaló que la falta de puntos de venta por la imposibilidad del acceso a los dólares, ha ayudado a que el efectivo sea más necesario y con ello ha surgido la especulación. “Es un problema nacional a consecuencia de un modelo económico desgastado y por eso los controles no son sanos para la economía», puntualizó.

En Mérida los billetes viajan al Puerto Santander

La escasez de efectivo es más que un dolor de cabeza para los habitantes del estado Mérida, quienes hacen largas colas dentro y fuera de las entidades bancarias para obtener 10 mil bolívares diarios en billetes del viejo cono monetario y, con suerte, en billetes nuevos.

La cotidianidad del merideño ha sido trastocada por la falta de dinero, pues hay quienes van al banco todos los días para tener efectivo con el cual pagar el pasaje en el transporte público, que en la ciudad de Mérida tiene un costo de 2 mil bolívares. Generalmente un ciudadano gasta la mitad de lo que le dan en el banco solo en movilización.

Conductores que viajan desde Mérida o El Vigía a Puerto Santander –localidad colombiana fronteriza con la población zuliana de Boca de Grita– señalan que la escasez se agudiza cuando muchos merideños viajan a la frontera a vender los billetes, por los cuales pagan el 100% de su valor.

El asunto es tan atractivo que a tan sólo cuatro horas de distancia y con una inversión de al menos 300 mil bolívares, quien lleve un billete de 100 mil bolívares se lo pagan por transferencia a 200 mil bolívares y si son más billetes, más alto es el monto que pagan.

En Falcón pagan hasta el 100% para obtener dinero en efectivo

Aunque en el estado Falcón las autoridades regionales lanzaron un programa de protección al efectivo, esto no ha sido suficiente. Los que necesitan trasladarse todos los días, viajar o comprar algo con papel moneda deben acudir a «los bachaqueros» y pagar hasta el 100% para obtener el efectivo.

Mirla Briceño, habitante de Punto Fijo, detalló que gasta hasta 12 mil bolívares todos los días en pasaje, pero el banco solo le da 10 mil diarios. «Debo recurrir a los bachaqueros para poder cumplir con mi rutina, muchas veces me ha tocado caminar desde el centro a mi casa por no tener cómo pagar un pasaje, esto es muy triste, cada vez estamos peor», aseguró.

Esta situación también ha afectado a los vendedores ambulantes, quienes aseguran que sus ventas bajaron en un 85% y que ni colocando grandes ofertas logran subir ese límite.

Andrés Coronado –vendedor de plátanos del centro de Punto Fijo– dijo que la gente quiere comprarle, pero no tienen cómo pagar. «Muchos se acercan preguntando si acepto transferencia, pero esa modalidad no se puede aplicar en pleno centro de Punto Fijo. Esto da tristeza, ya no vendemos ni para comer», afirmó.

María Revilla –habitante de San José de Cocodite– viajó a Punto Fijo desde las 4:00 de la mañana para cobrar la pensión y no fue atendida sino hasta la tarde cuando dejaron pasar al banco solo 20 personas, ya que no había dinero para pagarles. «Llegamos muy temprano a perder el tiempo, nosotros como adultos mayores merecemos más respeto, muchos venimos de lejos gastando pasaje con dinero prestado porque nadie tiene efectivo y aun así pasamos mucho trabajo en las colas», resaltó.

Compran bolívares en Colombia para pagar en San Antonio del Táchira

A propósito de la escasez de efectivo y el colapso de las plataformas tecnológicas producto de las constantes caídas de internet en el Táchira, los residentes de la frontera deben acudir al corregimiento de La Parada en Villa del Rosario, Colombia, a comprar billetes venezolanos para poder pagar las transacciones diarias.

Esta situación le sucedió al concejal del municipio Bolívar, Carlos Chacón, quien reveló que tuvo una emergencia médica y al no haber internet ni contar con efectivo, cruzó el puente internacional Simón Bolívar y del lado colombiano adquirió la moneda nacional.

«Mi hija recién nacida estaba enferma y fuimos donde la pediatra. Yo no cargaba nada de efectivo y no había manera de hacer una transacción electrónica porque el internet estaba caído en todo el Táchira. Ante la preocupación y desesperación, fui a La Parada y cambié unos pesos colombianos que tenía y me traje los bolívares para pagar la consulta médica», narró el edil.

Chacón explicó que otra de las opciones que tiene el venezolano es comprar pesos por transferencia bancaria, pero que sale aún más costoso para el venezolano por el diferencial cambiario.

En Monagas se agudiza la falta de efectivo

La falta de efectivo impide que muchos monaguenses puedan trasladarse a sus trabajos porque el costo del pasaje se incrementó y es un verdadero calvario obtener aunque sea un poco de dinero en la ciudad.

Por esta razón, las colas en las entidades bancarias cada día son mayores. Los usuarios se quejaron que esta semana la prioridad la tuvieron los adultos mayores para el pago de pensiones, mientras que el común de la gente debe esperar, si es que tienen la suerte de que exista disponibilidad en los bancos para obtener solamente 10 mil bolívares.

Las modalidades que se están implementando en la entidad para lograr un poco de efectivo es hacer carreras de taxi. Por otra parte, los usuarios catalogan como un “abuso” el cobro doble de pasaje desde Maturín hasta Punta de Mata por parte de algunos conductores que cubren la ruta.

Algunos conductores de la línea “Lo mejor de lo mejor de Maturín” cobraron el pasaje, que cuesta 25 mil bolívares, en 50 mil bolívares vía transferencia bancaria sin que algún organismo como la Sundde ponga coto a esta situación.

Los vendedores ambulantes se marchan de Valencia (Carabobo)

Las calles del casco central de Valencia lucen un atípico rostro, pues los clásicos vendedores ambulantes, conocidos como “manteleros”, desde hace algunos meses se han marchado.

Esos enemigos irreconciliables de los comerciantes formales se desvanecieron. No fue necesario aplicar los planes de ordenamiento anunciados por las autoridades municipales. Los trabajadores atribuyen el fenómeno a la falta de billetes.

Las tradicionales refriegas de finales de año entre policías y buhoneros por ocupar los espacios, esta vez cesaron. Sus protagonistas también adjudican el extraño armisticio a la iliquidez. Los niños de la calle, junto a una comparsa de adultos, dejaron de pedir limosnas, pues se dedican a hurgar entre las bolsas de basura.

Solo los pequeños comercios que perduran en las solitarias calles lo hacen si cuentan con puntos de venta. Los dispensadores de dinero fuera de servicio por la escasez de papel moneda contrastan con quioscos donde se ofrecen avances de efectivo.

Limpiabotas, afiladores de cuchillos, vendedores de café, charleros de autobuses, tenderos de autopistas y sus colegas (limpiadores de vidrios) forman parte de la gama empobrecida de la ciudad que se esfumó de las aceras. El segmento no bancarizado y sin acceso al dinero electrónico constituye la primera baja de la crisis monetaria.

En Zulia no hay cómo pagar el pasaje para ir al trabajo

La falta de efectivo mantiene una situación de caos en la entidad zuliana. No hay suficiente dinero para pagar pensiones y se pueden observar las penurias que pasan los abuelos al pernoctar en las afueras de los bancos. Un trabajador no consigue para movilizarse durante un mes hasta su puesto de trabajo, hay maestros que piden reubicación porque no consiguen el dinero; otros no tienen como pagar un pasaje diario que oscila entre 5 mil y 20 mil bolívares.

Por tercer día, pensionados y jubilados protestaron en Cabimas y en Maracaibo ante la falta de efectivo en las entidades financieras. Abuelos se quejaron de que luego de dormir en las afueras, y pese a que se organizan listas con 200 y 300 personas, las remesas de dinero apenas alcanzan para los primeros 50 de una sola lista. Hay quienes se desplazan desde las subregiones (Perijá, Costa Oriental del Lago y Sur del Lago) para cobrar su pensión y pierden el viaje la mayoría de las veces.

En el caso del transporte público –que la mayoría de los choferes están cobrando entre 3 mil y 5 mil bolívares y quieren aumentar a 7 mil– los usuarios expresaron su desacuerdo por cuanto el monto máximo para retirar es 10 mil por persona en la mayoría de los bancos.

En la Zona Educativa de Maracaibo, maestros estaban en cola para solicitar reubicación de plantel, debido a que no pueden costear un pasaje diario que oscila entre 5 mil y 10 mil bolívares. Hay quienes dan clases en colegios de la Costa Oriental del Lago y deben pagar hasta 20 mil bolívares en efectivo en un solo traslado. Si un ciudadano en particular necesita urgente una cantidad en efectivo, debe recurrir a los llamados avances que cobran hasta 50 por ciento de interés.

En el Terminal de Pasajeros de Maracaibo, la situación con el efectivo es más dramática. Una persona que va a viajar desde la capital zuliana al centro u oriente del país debe disponer de 200 mil y 350 mil bolívares en efectivo, debido a que no funcionan los puntos para pagar con débito. También hay choferes que aumentan los precios de los boletos a diario, sin ningún tipo de control por parte de las autoridades en el recinto de transporte.

En Bolívar comercializan con el efectivo

Hasta en 180% es vendido el efectivo en el estado Bolívar, las cadenas por WhastApp son cada vez más recurrentes de personas que tienen a la venta montos superiores al millón de bolívares.

La situación se ha ido agudizando debido a que las agencias bancarias están dando entre 10 mil y 20 mil bolívares por día y en billetes de baja denominación y hasta del antiguo cono monetario, situación que ha generado protesta entre los usuarios.

Por su parte, otra de las denuncias realizadas por los usuarios es que el efectivo es trasladado hasta el sur del estado Bolívar –a las zonas mineras– debido a que las transacciones como la compra-venta de oro son realizadas en su mayoría en efectivo.

Fedecámaras afirmó que han conversado con el Gobierno regional a fin de tramitar con la banca pública y privada unos 100 mil puntos de venta, mientras que el alcalde del municipio Caroní, Tito Oviedo, aplicó el Decreto 002, exhortando a los comerciantes a aceptar los billetes de 100 y 50 bolívares del antiguo cono monetario.

En Barinas el efectivo es de las “mafias”

Las entidades bancarias otorgan un máximo de 20 mil bolívares en retiros a sus clientes; los cheques deben ser depositados y la nueva modalidad de pago que ha tomado fuerza en Barinas es a través de transferencias, incluso, a escala de los Consejo Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), pero en los mercados municipales los productos tienen dos precios: uno en efectivo y otro con pago en tarjeta de débito, lo que permite presumir a muchos que se trata de una “mafia” que impone este último y nuevo sistema de comercialización.

Para Manuel González, un habitante de la zona, «no se le debe seguir el juego a estas mafias, porque son mafias las que están decidiendo, sin control alguno, por ejemplo, que por un kilo de arroz se paga a 90 mil bolívares si es en efectivo y 120 mil si se cancela en punto de venta».

El caso de Carmen Guédez –como vendedora de productos artesanales de limpieza desde su casa– la falta de efectivo circulante la ha llevado a implementar un nuevo sistema de pago que no incluye la tarjeta de débito porque tampoco tiene punto de venta, sino a través de transferencia bancaria que le ha permitido mantener la venta entre sus vecinos de la urbanización José Antonio Páez de Barinas, de quienes asegura que «se han adaptado y nos han facilitado el intercambio comercial».

La escasez de dinero en efectivo también afecta a los usuarios del transporte público, sobre todo a aquellos que viajan de las poblaciones foráneas a Barinas para cumplir labores, diligencias, estudios, y otros, donde los pasajes de ida y vuelta oscilan entre 8 mil para quienes salen de Barinitas y 20 mil los de Pedraza, por mencionar solo dos destinos.

Publicado por El Universal
25-01-2018

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