«Mi papá ya no habla ni se para de la cama. Es difícil verlo así cuando sé que con una pastilla él podría estar a mi lado conversando», se escuchaba a través del teléfono de Alexander Hernández, presidente de la Fundación Parkinson Caracas. Este sonido y otros representaban los testimonios de quienes no pudieron asistir a un encuentro con neurólogos y los medios de comunicación ayer porque la rigidez de sus músculos y espasmos se lo impidieron.

Los neurólogos calculan que hay 30.000 personas que tienen esta enfermedad degenerativa del sistema nervioso, pero que es tratable. De las 5 presentaciones comerciales de tratamientos para parkinson que hay en el país solo está disponible el Sinamet de forma intermitente y racionada. El fármaco, con el principio activo levodopa, suple el déficit del neurotransmisor dopamina, del que carecen estos pacientes.

El neurólogo Roberto Weiser explicó que solo hay disponible el Sinamet, que en algún momento se distribuyó en el Servicio de Elaboraciones Farmacéuticas que depende del Ministerio de Salud, pero este medicamento no se puede usar en pacientes con diagnóstico reciente, porque la ciencia ha demostrado que su uso en la fase inicial de la enfermedad hace que las complicaciones sean más fuertes a largo plazo. En estas personas se usa el parche de rotigotina, pero no está a la disposición en el país.  «Estamos aplicando una mala medicina por el desabastecimiento de tratamientos», denunció Weiser.

Tampoco hay Madopar, Stalevo ni Mirapex por deudas con las casas comerciales. Cuando Sefar dejó de distribuir la medicación hace 45 días y pasó a una cadena de farmacia, los pacientes debían registrarse a través de una línea telefónica. El procedimiento jamás fue notificado por el ministerio. En esa transición algunas personas estuvieron hasta un mes sin recibir tratamiento mientras llegaban las importaciones.

El cambio en la distribución tampoco garantizó el suministro. Hernández acotó que de 5 cajas que se vendían por persona se empezó a racionar a 2 por cliente, las cuales solo duran para 12 días.

Los pacientes que han sido víctimas de la escasez han pasado hasta dos meses sin conseguir las medicinas que les impida la paralización de piernas, hombros, caderas y parte derecha del cuerpo. «La semana pasada fui a una radio a entregar unas medicinas y una funcionaria del Ministerio de Salud presenció cuando me dio un espasmo. No pudo evitar llorar porque en ese momento se dio cuenta de lo que vivimos. Luego recibí una llamada del ministerio, pero no fue satisfactoria», precisó el activista.

La neuróloga Marisol Gallardo indicó que quienes padecen parkinson en una fase avanzada tienen 70% de probabilidad de fallecer por la interrupción abrupta del tratamiento. Aún la cifra de mortalidad en esta población la están investigando.

FUENTE: EL NACIONAL

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