Greismery, una niña de tres años de pelo rubio, corretea en el arenal que es el piso de su casa, un rancho de cercas de latas oxidadas en el barrio Altos de Milagro Norte de Maracaibo. Su vestido amarillo está manchado de tierra casi en su totalidad.
Su rostro tiene tintes de sucio por doquier. Sus pies, curtidos de mugre, muestran heridas circulares. Cuatro llagas forman una seguidilla en el izquierdo.
Están secas: rosadas en sus interiores, marrones en sus bordes. Otras tantas se le han marcado, cual esquirlas, en la piel de ambos tobillos, de su batata y de prácticamente todo su cuerpo. Tiene lesiones hasta en la cabeza.
“Sí le pica, porque se rasca y se rompe”, cuenta Osmerys Vargas, su madre, de 27 años, mientras hurga entre el pelo catire de Greismery en busca de las llagas.
Dedicada a la venta ilegal de gasolina -“para medio comer”, dice-, la joven le achaca la culpa al agua sucia que utiliza en su hogar.
El líquido tarda meses en llegar por las tuberías. Compra, cuando puede, unos pocos litros en un balde pequeño por 3.000 bolívares, menos de un céntimo de dólar estadounidense. A veces, ni ese monto tiene disponible, admite.
El 48 por ciento de los hogares venezolanos viven en pobreza, de acuerdo con los últimos datos publicados por la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, realizada anualmente por investigadores independientes de universidades de Caracas.
La Sociedad Venezolana de Dermatología advirtió hace un año de la reaparición de patologías contagiosas de piel, como la escabiosis, conocida como sarna, la pediculosis capitis (piojos), el impétigo costroso, la dermatitis atópica, la psoriasis y el lupus cutáneo.
La organización, que data de 1938, señaló que esas enfermedades derivan de “las condiciones socio-sanitarias de la población” venezolana. Se declaró preocupada por la falta de medicamentos, como antibióticos y antimicóticos, para aplicar tratamientos.
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michele Bachelet, concluyó en julio que la situación del derecho a la salud en Venezuela es “grave” y mencionó como una de sus causas a “la falta de factores subyacentes determinantes, incluyendo agua y nutrición adecuada”.
El gobierno en disputa de Nicolás Maduro desestimó las acotaciones del informe de la enviada de la ONU, acusándolo de estar “cargado de mentiras”.
Con información de La Voz de América