El cierre parcial e inoperatividad de las áreas y servicios de los hospitales han provocado que en los últimos meses cada vez más personas mueran en sus casas, sin acceso a la mínima atención médica. Este es el diagnóstico que surgió tras la publicación de la más reciente actualización de la Encuesta Nacional de Hospitales, presentada por Julio Castro, infectólogo e integrante de la Red de Médicos por la Salud, ONG que elabora el referido método de medición, avalado por la Asamblea Nacional.
“El colapso de las instalaciones, el déficit de personal e insumos y la falta de una política de rehabilitación y atención de la emergencia avanza en todos los hospitales del país. No hay forma de garantizar diagnóstico y seguimiento en ninguno de los hospitales. Hay personas que terminan muriéndose en la casa porque no pueden costear exámenes y tratamientos”, alertó.
Aunque en el documento no se detallan cifras sobre el número de muertes relacionadas con la desatención en establecimientos de la red de salud pública, Castro sustentó su denuncia en los bajos niveles de operatividad registrados en las llamadas áreas críticas de 40 hospitales, ubicados en todo el territorio nacional, que sirven de muestra para la encuesta.
“No hay un solo laboratorio de microbiología que funcione en los hospitales. No hay un solo centro de salud público que pueda hacer una prueba de hepatitis A. 55% de los servicios de laboratorio en los hospitales están cerrados. Si se les suman los intermitentes, llegamos a 84%. Más de la mitad de los hospitales no pueden hacer una placa de tórax. Hay 58% de inoperatividad”, precisó.
Sin personal ni cura
El éxodo de personal calificado es otro de los factores que afecta la calidad de los servicios de salud. Según Castro, la ausencia más notoria de médicos y enfermeros se ha registrado en las salas de emergencia. Estas unidades, en la mayoría de los casos, representan la única forma de acceso a atención especializada para la población, debido a las fallas del sistema de atención primario.
“Hay un hueco que están llenando los médicos integrales comunitarios en las emergencias. Pero su pensum fue diseñado para la atención primaria y no para la atención crítica. No hemos detectado emergencias cerradas persistentemente por falla de personal, pero su funcionamiento no es el mínimo requerido”, afirmó.
El infectólogo expuso que las precarias condiciones de la infraestructura hospitalaria, la deficiencia de los planes de prevención y la escasez de suministros para el diagnóstico oportuno han causado la reemergencia de enfermedades que estuvieron por décadas bajo control. Entre esos padecimientos, destacó el repunte de casos de tuberculosis.
Castro expresó: “Teníamos un promedio de entre 7 mil y 8 mil casos de tuberculosis al año y estamos viendo más de 14 mil anualmente. Es decir, tenemos una tasa de tuberculosis de 47 por cada 100 mil habitantes. Esto significa una alarma que debe ser atendida con urgencia”.
Con información de El Pitazo