Para el abogado constitucionalista Juan Manuel Raffalli no hay duda de que el 5 de enero dentro del hemiciclo de sesiones de la Asamblea Nacional (AN): “no hubo sesión, ni la designación de una junta directiva válida” como intenta hacer ver el diputado Luis Parra y el chavismo. Esto, simplemente, porque no se cumplieron con los requisitos establecidos en el Reglamento Interior y de Debate.
Recordó que la normativa establece que Juan Guaidó, como presidente en funciones de la AN, debía estar al mando de la comisión de instalación de la sesión. Además, era necesario verificar el quorum de 84 diputados presentes y pare renovar la directiva se debe aplicar una votación nominal, pero ninguna de estas tres cosas pasó.
El jurista destacó que ese domingo con un despliegue desproporcionado de militares y hechos de violencia públicos y notorios, no estaba dado el ambiente para que se desarrollara en paz una sesión parlamentaria.
Ni un diputado excluido
Raffalli recordó que ese cerco atípico “se tradujo en dificultades para que los diputados accedieran al Palacio Federal Legislativo“, pese a que los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) presentes “están bajo las instrucciones del Presidente de la Junta Directiva en funciones, que en ese caso era Juan Guaidó”.
En estas condiciones, señaló, se le impedía a los parlamentarios no solo poder hacer quorum en el hemiciclo, sino que también violaba sus derechos a poder postularse, a impugnar la postulación de otros a los cargos directivos y, por supuesto, a votar por el candidato de su preferencia. Y, así fuera un solo diputado que quedase fuera, si tenía la voluntad de participar excluirlo era ilegal.
“Si el Presidente de la AN (Guaidó) constató que había un cerco, que hubo diputados que no pudieran pasar al Palacio, si estimó que no había condiciones para instalar la sesión y presidirla, estaba facultado por el Reglamento no solo a no entrar… creo que incluso estaba en la obligación de que no se diera una sesión bajo esa condición”, opinó.
Procedimiento viciado y la directiva legítima
Parra y el chavismo argumentaron que, ante la ausencia de Guaidó en el hemiciclo, “por analogía” se eligió al diputado de mayor edad en el Parlamento para dirigir la sesión, lo cual solo aplica para el primer año de la legislatura. “Pero esa aplicación analógica no existe. Tú puedes aplicar por analogía lo que está establecido para otra situación, cuando la situación que se ha presentado no tiene una regulación expresa. Y la regulación anual de la AN está expresamente regulada en el Reglamento Interior y de Debates“, sentenció Raffalli.
Por estas irregularidades, y gracias a las competencias que le otorga el Reglamento, Juan Guaidó convocó a través de los medios de comunicación la sesión en otro horario (las 4:00 pm) y lugar (la sede del diario El Nacional).
El abogado constitucionalista insistió en que la ley respalda la legalidad de la sesión en la que resultó reelecto Guaidó. “Cuando los diputados que estaban en la mañana (en el hemiciclo) no asistieron a la sesión habilitan a sus suplentes para estar y votar por ellos. Así ocurrió y 12 suplentes —de los diputados que fueron en la mañana al Palacio— , fueron en la tarde y en lugar de ser 88 fueron 100 diputados que de manera unánime eligieron a la junta directiva”, dijo.
Recordó que, además, en la sesión del martes 7 de enero, se perfeccionó la elección, leer el acta del domingo, dar espacio a observaciones sobre su contenido y, una vez aprobada el acta, queda aprobado el nombramiento.
A su juicio, el intento de instalar una nueva directiva liderada por Luis Parra, “trata aquí de defenestrar la institucionalidad de la AN para que no siga siendo el verdadero nicho, la institución rectora de la oposición”.
Concluyó que, además, se trata de una movida política para dar formalidad a un Parlamento que apruebe “contratos de interés nacional, un endeudamiento o refinanciamiento de deudas” que favorezcan al régimen de Nicolás Maduro “porque el país está en la carraplana”.
Con información de Efecto Cocuyo