El hecho más importante de la creación es dar vida, pero parir, además del acto biológico, implica sin duda traer consigo futuro. Pudiéramos decir entonces que nuestro Libertador Simón Bolívar, ese hombre de quien este domingo se celebran 233 años de su nacimiento, parió la independencia de nuestra sagrada tierra.
Bolívar se autodenominó el hombre de las dificultades, por lo complicado de sus ideales libertarios. Nunca se dio por vencido porque amaba la justicia y decía que ésta era reina de las virtudes, porque de ella se sostenían la igualdad y la libertad.
Esa igualdad y libertad por las que luchó Bolívar, son las mismas por las que seguimos dejando el pellejo en esta carrera minada de obstáculos que se llama Referendo Revocatorio.
Los venezolanos estamos dando una batalla hacia una nueva independencia, porque nuestro pueblo es en este momento preso de un gobierno que ha fracturado al país en muchos pedazos y nos toca a todos armar ese gran rompecabezas.
No se puede hablar de igualdad en Venezuela cuando hay una cúpula que tiene acceso a todo y una inmensa mayoría que no tiene nada, no existe. Maduro y su combo dividieron nuestro país en tres clases sociales, los que tienen los dólares; los profesionales, a los que no les alcanza el sueldo y están considerando irse al exterior; y los más pobres, que son esclavos del hambre y son a quienes la crisis golpea con más fuerza.
Es inaceptable que en la maternidad más importante de nuestro país, se hayan muerto 166 niños en lo que va de año, porque se infectan debido a las condiciones insalubres del centro asistencial. En la Maternidad Concepción Palacios no hay medicinas, ni alimentos, una situación que es una constante en todos los hospitales del país.
Un gobierno que no garantiza la vida, está violando los derechos humanos. La violación de los mismos es un delito de lesa humanidad, y esos delitos no prescriben, que no se les olvide.
Maduro y su gobierno son una plaga, pero gracias a Dios hay a un medicamento eficaz que podemos tomar para sanar y está en nuestra Constitución: el Revocatorio.
Esa es la verdad. La mentira tiene patas cortas, tan cortas como las de una hormiga, y como también decía Bolívar, «la verdad pura y simple es la mejor forma de persuadir». A quién pretenderá engañar el enchufado que esta semana dijo en la ONU que el 95% de los venezolanos comía tres veces al día. Repitió el mismo libreto de la enchufada Canciller, quien dijo que Venezuela era capaz de alimentar a tres naciones del tamaño de nuestro país.
Pretenden convencer afuera que Venezuela no está en crisis, pero los venezolanos no necesitamos que nos indiquen cuál es la crisis que vive el país, porque la sentimos todos los días cuando abrimos la nevera.
Lo que sí es cierto es que el 100% de los enchufados come tres veces al día. Ellos no hacen colas y mandan a comprar los alimentos y muchas otras cosas en las islas del Caribe. No van ellos mismos por el temor a que les tomen una foto y los pongan en evidencia. Creen que nadie lo sabe, pero de los aeropuertos salen los aviones privados con esa misión. Esa es la mayor suma de felicidad posible que tanto pregonan los enchufados, pero felicidad para ellos, porque al pueblo lo tienen sumido en una amarga tristeza.
Mientras ellos están gordos y rozagantes, la inmensa mayoría de nuestro pueblo está perdiendo peso, pero ¿quién no va a dejar de comer con el precio al cual se disparó la Canasta Alimentaria Familiar, que prácticamente llegó a 278.000 bolívares en junio? En un año (entre junio de 2015 y junio de 2016) la Canasta Alimentaria Familiar subió 766,3%. ¿Cómo hace un venezolano que gana sueldo mínimo para vivir y para mantener a su familia? Se necesitan 18 meses de sueldo para poder cubrir las necesidades de alimentación de una familia de cinco personas. Eso es una crisis humanitaria, y esa es la crisis que el gobierno trata de ocultar.
Todos los rubros de alimentos aumentaron, pero además, 25 de los 58 productos que contiene la canasta están escasos. Aunque el gobierno se llene la boca hablando de aumentos, la verdad es que el ticket de alimentación en Venezuela representa 619 bolívares al día y el almuerzo más barato cuesta 1800.
Pero no hace falta que yo les diga más, esa es la verdad de lo que estamos viviendo los venezolanos, tan clarita como el agua. No puede haber medias tintas en esto que estamos diciendo.
El gobierno sabe, y una vez más citamos a Bolívar, que «la primera de todas las fuerzas es la opinión pública”. Sí, la opinión del pueblo. Un estudio reciente reveló que en este momento más de 11 millones de votantes estarían dispuestos a revocar a Maduro. La aprobación de su gestión apenas supera el 10%.
Sabemos que Maduro entregaría cualquier cosa a cambio del Revocatorio. El sabe el resultado de sus políticas erradas, pero no quiere rectificar, y por eso hay que cambiarlo para poder avanzar. El también sabe que será aplastado por una avalancha de votos en la consulta electoral, y por eso sigue ordenando a las cuatro señoras del CNE que sigan demorando el Revocatorio, y hablan de diálogo porque saben que con el Revocatorio este año van para afuera.
El reglamento de las cuatro señoras del CNE habla de lapsos y no de términos. Así que estamos esperando la fecha del único paso que le falta al Revocatorio. Si no la anuncian cuanto antes tendremos que movilizarnos porque hoy más que nunca debemos exigir la fecha del 20%.
El informe técnico del CNE reveló que la verificación del 1% de las firmas del padrón electoral se cumplió, por lo que toda Venezuela espera que las señoras del CNE anuncien la fecha de recolección del 20% de manifestaciones de voluntad, tal cual como lo designa nuestra Constitución.
El Revocatorio debería estarse realizando o el domingo 30 de octubre o el domingo 06 de noviembre. Las cuentas cuadran perfectamente. No hay razón técnica ni legal para impedir que el pueblo se exprese.
El gobierno no puede pedir a los venezolanos más tiempo, ellos solo quieren ver cómo se salvan a sí mismos, no quieren salvar a Venezuela, pero quieran o no van a tener que anunciar la fecha, porque el Revocatorio es un derecho constitucional del pueblo.
En esta lucha por organizar al pueblo para el paso que viene seguimos recorriendo el país. Esta semana nuestra cruzada llegó a Barinas y Portuguesa. Llevamos 5 estados recorridos, previamente estuvimos en Zulia, Vargas y Carabobo. En todos los pueblos que llegamos nos preguntan cuándo saldremos de esta calamidad extrema que estamos viviendo, y decimos completamente convencidos que muy pronto.
Estamos cada vez más cerca de liberar a Venezuela de las cadenas del yugo de Maduro y su gobierno. Pronto la luz brillará en nuestro país, porque el grito de cambio tiene las notas de nuestro Himno Nacional. Hoy más que nunca mantengamos viva la esperanza. ¡Venezuela, vamos por el 20%! ¡Qué Dios los bendiga!