“¡Llegó el agua!”, es el grito típico en muchas comunidades de la Gran Caracas cuando el servicio es reestablecido temporalmente. De tres a siete días puede ser cortado el suministro del vital líquido.
El racionamiento del agua comenzó en 2014, debido al fenómeno climático de “El Niño”. Durante este periodo, una sequía afectó a todo el país. El servicio de electricidad también sufrió por la baja del Guri.
Sin embargo, no es hasta 2016 que los problemas con la distribución del líquido vital llegaron hasta la capital. En Caracas, todos los municipios que conforman el área metropolitana están incluidos en el racionamiento.
Durante tres días, los hogares de los caraqueños se quedan sin el suministro, lo que causa molestias e incomodidades, puesto que a casi tres años de implementarse el plan, no se ve solución o respuestas.
“Los servicios de agua potable del país, se han derrumbado durante los últimos años. Ello se manifiesta por la necesidad de racionar el líquido, prácticamente, en todas las ciudades del país”, destacó Arnoldo Gabaldón, exministro de Ambiente, quien sostuvo que la corrupción en los fondos para mantener en funcionamientos de las plantas es apenas una parte del problema.
Manifestó que la razón por la que se hagan aún los racionamientos de agua es por el descuido del Gobierno sobre las empresas de prestación de servicios públicos, pues “creen que en ellas se pueden colocar a cualquier individuo que sea leal, sin que cumplías las acciones de meritocracia”.
Cero financiamientos. “Las empresas de un acueducto están muy mal manejadas y, por otra parte, está sometida a una tenaza por la escasez de recurso financiero y la poca posibilidad de aumentar las tarifas de consumo de agua”, dijo Galandón.
José María De Viana, el exdirector de Hidrocapital, sostuvo que es impensable que aún continúe el racionamiento del agua, cuando el periodo de sequía – causado por “El Niño”- acabó. “Este año no nos pueden decir que no llovió, porque los embalses están llenos”.
Aseguró que si el Estado se “pone las pilas” e inyecta suministros e insumos a las empresas estadales, como Hidrocapital, en menos de seis meses se puede mejorar notablemente el servicio de distribución y procesamiento del agua.
“Hay que inyectar los recursos para reparar los acueductos. Antes de seis meses puede mejorar notalmente. El sistema es de buena calidad, reparado puede funcionar bien. Tienen muchos años que no lo han mantenido”, explicó.
Amarilla. En algunos casos de color amarillo que tiene el agua es el foco de las denuncias de los venezolanos.
Desde Hidrocapital aseguran que “hay una especie de reacción química más profunda que el cloro cuando se le pone al agua que le da ese color amarillento, pero eso no significa que no esté potable”.
José María De Viana indicó que el hecho de que el vital líquido tenga un color o esté turbia es preocupante. “Es alarmante que el agua aparezca con colores y olores raros, debido que para poder ser consumida debe cumplir unos parámetros internacionales. Al llegar en ese estado sólo significa que no está bien tratada”, alertó el ingeniero.
Sostuvo que la posición de la empresa sólo confirma que el Gobierno no está en capacidad de cumplir las necesidades de los ciudadanos. “Si el agua que llega a su casa tiene olor raro o un color turbio, significa que no cumple las normas del agua potable. La gente lo siente y tiene razones para desconfiar. Hay que explicarle que tienen razón. Los tratamientos del agua están mal y (el Estado) nos dicen que lo hace mal”, declaró el experto.
Por su parte, la teoría de que el agua no tiene agentes patógenos cuando llega con cierto color es secundada por el exministro de Ambiente, quien asegura que “tampoco quita que sea desagradable para los consumidores”.
Agregó que no se puede confiar ante esa realidad, por lo que es preferible hervir el agua y así evitar algún mal.
Fuente: 2001
Fecha: 6 de octubre de 2017