“Antes yo atendía 30 personas por día, y ahora solo de 10 a 15”, aseguró un trabajador de una línea en el sur de Caracas, al lamentar que el número de clientes haya mermado.
Ya sea por comodidad o por necesidad, hoy día tomar un taxi es una decisión en la que el usuario evalúa el impacto que implica en el presupuesto, la disposición de suficiente efectivo y los constantes aumentos de precio. La tarifa mínima, para un viaje desde La Candelaria hasta Bellas Artes, por ejemplo, pasó de 4.300 bolívares a 5.700 bolívares: un alza de 33% en solo un mes, informaron en una línea corporativa que opera en Caracas.
“Nuestros precios suben cada vez que decretan un aumento del salario mínimo, debido a que los taxistas tienen que tener igualmente un incremento en sus respectivos sueldos”, aseguró una trabajadora del call center de la línea.
Si una persona se encuentra en Plaza Venezuela y quiere movilizarse en un taxi de esta línea hasta Altamira tiene que pagar 8.400 bolívares, cuando hace un mes costaba 6.600 bolívares, lo que se traduce en un incremento de 27%.
Desde Plaza Venezuela hasta La Candelaria costaba 5.500 bolívares, y ahora tiene un precio de 7.100 bolívares. El traslado desde el mismo punto de salida hasta La Trinidadpasó de costar 10.800 bolívares a 14.000 bolívares: un alza de 30%.
Estos precios aumentan en la noche. La tarifa nocturna empieza a cobrarse desde las 8:00 pm y significa un aumento de 20%.
“Antes me movilizaba en taxi cada vez que salía a un local, al teatro o a cualquier otra actividad nocturna. Ahora el dinero no me alcanza para eso. Lo que hago es esperar hasta que amanezca o no salgo de noche”, lamentó una usuaria.
Pero el limitado ingreso económico de las personas no es lo único que impide que tomen un taxi. La situación se agudizó por la escasez de efectivo, lo que ocasionó que algunos taxistas opten por aceptar transferencias, pero con ciertas condiciones. Ese es el caso de Lorenzo Pereira, quien trabaja durante la noche y acepta transferencias, pero solo de sus clientes de confianza, en el momento y únicamente del mismo banco donde tiene su cuenta.
Aseguró que el movimiento ha bajado bastante: antes hacía 20 traslados un viernes en la noche y ahora hace la mitad: “Uno tiene que aumentar los precios, principalmente por el alto costo del mantenimiento del carro y porque tienes que comer. Aunque este trabajo te da para medio comer”.
Agregó que no se consigue el litro de aceite regulado y que cuando se encuentra lo comercializan entre 20.000 bolívares y 40.000 bolívares, dependiendo de la persona que lo venda.
Relató que no puede trabajar de día porque las condiciones en las que se encuentra el carro no son aptas y no tiene el dinero suficiente para mejorarlas. “Recurrí a la Misión Transporte, pero no hay manera de acceder a un carro, porque lo único que consigues son personas que te piden vacunas y yo no tengo dinero para pagarlas”, añadió.
Una usuaria, quien prefirió no ser identificada, aseguró que hace varios meses tomaba taxis tres veces a la semana desdela Universidad Católica Andrés Bello hasta Colinas de Bello Monte. “No pude más porque mi necesidad es comprar comida”, lamentó.
La última vez que tomó un taxi fue porque salió del trabajo a las 9:00 pm. “A esa hora no hay carrito e irse a pie no es una opción segura porque te roban, te violan o te matan”, sostuvo. Llamó a una de las líneas corporativas que trabajan en Caracas y que considera de confianza. Le incomodó que se negaran a informar la tarifa por teléfono, como era costumbre. “Te lo dirá el mismo taxista”, le indicó la empleada del call center.
“Calculé que me cobraría 6.000 bolívares porque desde Chuao hasta Colinas de Bello Monte, a esa hora, son solo 10 minutos”. Para su sorpresa, el taxista le informó que cobraría 14.000 bolívares: “Desde ese momento nunca más me movilicé en taxi. Hasta pensé en inflar las ruedas de mi bicicleta para transportarme”.
El conductor de una línea del sur de Caracas aseguró que antes atendía a 30 clientes diarios, y ahora solo de 10 a 15 personas. “Pudiéramos pensar que todo esto se debe a las vacaciones escolares, pero también es que la misma situación país ha llevado a que el cliente use menos un taxi”, sostuvo el trabajador.