Tras dar los mejores años de sus vidas para hacer a Venezuela grande, la actual generación de pensionados y jubilados del país viven en una constante protesta debido a que esa nación a la que entregaron sangre, sudor y lágrimas, parece sumergirlos en el abismo del olvido.
Sentado sobre el tope que divide la carretera con el centro comercial La Redoma en el estado Zulia, Antonio Morales, educador jubilado, de 68 años, esperaba una respuesta de parte del vigilante de una entidad bancaria. “No sabemos si nos van a atender. El centro comercial no tiene luz”.
Delante y detrás de él, cerca de 50 ancianos esperaban la misma respuesta, ya que durante la semana fueron y algunos no recibieron los 100 mil bolívares diarios de su pensión, que las entidades bancarias les dan diariamente por no tener efectivo. La cara de frustración y enojo era evidente.
“En Venezuela no vale la pena envejecer. Negativo, compadre, porque sufrimos sin luz, sin agua, sin reales ni comida”, aseguró el educador retirado, quien añadió la semana pasada, que los últimos 28 días los pasó en dos agencias bancarias, una en La Limpia y otra en el casco central de la capital zuliana.
Morales vive en el municipio San Francisco, a unos 20 o 25 minutos del centro en carro, y lo que cobra en el banco lo gasta en pasajes y eso cuando los billetes que les entregaron son del agrado del chofer. “Tengo una semana en este plan. Vengo al banco y no hay luz”.
País de viejos
Ángel Morales, miembro del Bloque de Jubilados y Pensionados del estado Zulia, describió la situación de los jubilados y pensionados como “bastante calamitosa”, y para ilustrar la descripción tomó en cuenta su vivencia. “Cuando me jubilé en el 97, mi pensión y la de mi esposa, quien es de la Universidad del Zulia, nos alcanzó para viajar por toda Venezuela y nos daba para el mantenimiento de su carro y el mío. Hoy con lo que ganamos, apenas comemos tres días”.
El contador público, de 71 años, indicó que gracias a lo que envía una hija que tiene en Colombia, tiene para cubrir algunas necesidades básicas. Come, pero no como antes y compra las medicinas que puede comprar, ya sea porque no le alcanza o porque no hay en las farmacias.
Señaló que Venezuela en la actualidad está en la soledad. “Nosotros que nos montamos en vehículos de cualquier naturaleza para trasladarnos, observamos que 65 por ciento de las personas que transitamos somos personas de la tercera edad, porque un alto porcentaje de nuestros hijos y nietos se fueron de Venezuela”.
El profesional retirado no recomendó a los jóvenes envejecer en el país. “Lamentable y tristemente, aun cuando doy gracias a Dios por llegar (a viejo), la situación está sumamente difícil. Solamente en la Contraloría General del estado se nos murieron, entre familiares y jubilados, 12 personas, de los cuales siete fueron por falta de medicamentos e instrumentos quirúrgicos para ser operados en el Hospital Universitario, Central y Chiquinquirá, porque la salud está sumamente crítica”.
Detalló que su generación “jamás” imaginó que la nación llegaría a estar como está, por lo que antes de su jubilación no contempló marcharse a otro país como hoy en día lo hizo su hija y otros jóvenes que si encuentran una mejor perspectiva de vida. “Mi esposa y yo desarrollamos carreras significativas y cuando nos jubilamos vivimos unos años felices, pero ahora vivimos en un país con una mala situación, que no solo abarca lo económico, sino social, la salud, la seguridad y la educación”.
Entre protestas
Cansados de esperar una respuesta, los jubilados y pensionados de la región salieron a pelear por los derechos que conquistaron durante sus años de trabajo. En tres meses protestaron cinco veces por las mismas razones. El pago incompleto de sus pensiones, maltrato por parte del personal bancario, la cancelación de los montos con billetes que no son aceptados en el mercado y el cierre de agencias bancarias en los municipios foráneos a Maracaibo.
Las dos últimas manifestaciones fueron frente a la Superintendencia de Bancos (Sudeban) y frente a la Gobernación del estado Zulia, donde reclamaron que las propuestas hechas por el Bloque de Pensionados y Jubilados acusó al Gobierno hacer de oídos sordos a sus necesidades. Sin embargo, en la última fueron atendidos por miembros del Ejecutivo regional para canalizar el encuentro con el encargado de Sudeban en el estado.
A todos estos problemas se suma el nuevo aumento decretado por Nicolás Maduro, presidente de la República, el pasado viernes, que llevó el nuevo salario mínimo a mil 800 bolívares soberanos. Para Carlos Petit, miembro del Bloque de Jubilados y Pensionados, señaló que esto lejos de ayudar a los cuatro millones 600 mil pensionados del país, de los cuales 460 mil viven en el estado Zulia, esto los hunde más en la pobreza.
“Eso es una ilusión, por qué no se activa la economía con producción. Para cuando el presidente pague el rectroactivo de la pensión, los alimentos estarán 10 veces su precio en el mercado”, señaló Petit
Los abuelos esperan cobrar, a partir de este jueves, su pensión completa con el nuevo cono monetario, además de retirar el monto que tienen retenido en los bancos por la falta de efectivo. También exigen que las autoridades obliguen a los transportistas y comercios a aceptar los billetes del cono saliente que circulará a la par con el entrante, ya que quienes ahora atienden también llegarán a viejos y no se sabe cómo estará la situación del país para ese momento.
Con información de La Verdad