Un bolso tricolor y una larga carretera acompañan a Pascuala Sivira, persona de la tercera edad, que tiene que caminar cuatro horas desde su casa en Cerro Blanco, ubicado en el sector Padre Diego, en la carretera vieja hacia Carora hasta Pavia, para poder comprar comida. La falta de combustible y la pandemia han golpeado este caserío, pues no cuentan con unidades de transporte ni de los servicios básicos.

«Quien no sale de su casa no come. Trato de ir a Pavia dos o tres veces a la semana para poder comprar comida, pero hoy llevo es una gallina», comentó.

Pero Pascuala no es la única que camina, habitantes de Padre Diego salen desde bien temprano de sus hogares para esconderse del inclemente sol y que les «rinda» la caminada. En medio del recorrido, algunas veces pasan camiones y les piden la cola.

El caos con la falta de transporte se agudizó con la falta de gasolina en el estado Lara, detallaron que las busetas ni carritos por puestos están pasando. A las 4:00 de la madrugada se levantan las personas que trabajan en Barquisimeto para poder llegar a tiempo.

«Hay un camión de una empresa de Barquisimeto que viene por un trabajador y el chofer nos ayuda y permite que se monten. Ese señor es una bendición porque nos saca de aquí, el vehículo se lleva a unas 100 personas», relató Carlos Mendoza, vecino.

Algunos de los residentes de la zona tienen carro y se encuentran en la cola para surtir gasolina desde hace 20 días y quienes lograr echar, comentan que la dejarán para una emergencia.

Los vecinos de Padre Diego se sienten en el olvido, la cuarentena no sólo los alejó más de Barquisimeto, sino también de los servicios básicos, como el gas, agua o electricidad.Todos los días le ruegan a Dios para que les mande lluvia y así poder agarrar agua para el consumo y aseo personal, esto debido a que desde hace cuatro años no cuentan con el servicio.

Las deficiencia en los servicios básicos ha hecho que se las ingenien, pues desde hace más de seis meses no cuentan con gas doméstico y deben buscar leña para poder cocinar, mientras que otros preparan los alimentos con cocinas eléctricas, pero cuando se les va la luz se quedan con la comida a medias.

Quienes viven en Padre Diego dijeron que están en la desidia, y desde hace muchos años denunciaron que el Gobierno regional no los atiende como debe ser.

Con información de La Prensa de Lara

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