Los manifestantes son reprimidos letalmente y criminalizados cuando reclaman la restitución de los derechos básicos. Son doblemente asediados tanto por los cuerpos de seguridad del Estado como por los cuerpos parapoliciales, los llamados colectivos armados.

Vecinos de la parroquia El Valle, municipio Libertador, denuncian que las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) llegan preguntando por el nombre y por el apellido de las personas que participaron en las protestas sociales del 31 de marzo.

En El Valle, de nuevo, hubo alboroto en las calles. Las protestas se vienen dando en el marco de los apagones. La del domingo 31 de marzo fue la más fuerte. Se extendió hasta la madrugada.

Provea en su artículo de esta semana sobre Derechos Humanos, lo dice: “La respuesta del gobierno de facto ha sido la misma que registramos desde el comienzo del año, el empleo de agrupaciones paramilitares y cuerpos élite de las fuerzas públicas para repeler las manifestaciones y castigar a quienes expresan su legítimo derecho. Con represión y abusos pretenden silenciar los reclamos ante la prolongada interrupción del servicio de agua potable”.

Testimonios que Crónica.Uno maneja de forma anónima en esta nota, refirieron que llegaron a varios sectores y preguntaban por nombres específicos. “Es una forma de amedrentar, es para que la gente no proteste, pero aquí estamos cansados”, dijo uno de los líderes vecinales.

Oficialmente, no hay información sobre los operativos y el número de detenidos.

Protesta social criminalizada

La crisis actual generada por el colapso de los servicios público, no solo el agua y la luz, sino también por la falta en el suministro de gas doméstico, de la telefonía, internet y del transporte público, desencadenó en varias parroquias capitalinas protestas simultáneas.

No fueron movidas por un elemento político. La necesidad de abastecimiento de la población motivó el descontento y la toma de las calles como medida de presión.

No obstante, la práctica en Venezuela refleja otra cosa. Los manifestantes son reprimidos de manera letal, aun cuando reclaman la restitución de los derechos básicos. Y son doblemente asediados tanto por los cuerpos de seguridad del Estado como por los cuerpos parapoliciales, los llamados colectivos armados o grupos de choque.

Con información de Crónica Uno

 

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