La venta de gas en El Junquito nunca ha tenido día, pero en cuarentena se ha agravado la distribución y las bombonas que dependen de los consejos comunales tardan meses en llegar.

Los 15 días que tiene Rosario Gil sin gas la han hecho retroceder muchos años en el tiempo, pues ahora le toca buscar leña y encender un fogón para poder cocinar desayuno, almuerzo y cena.

La última vez que pudo comprar una bombona de diez kilos pagó por ella 300.000 bolívares en efectivo, pero la distribución del gas en El Junquito no tiene día fijo y el camión tampoco recorre todas las urbanizaciones; lo que dificulta aún más su adquisición.

La  situación de Gil es la misma de muchos habitantes de El Junquito que tienen que ingeniárselas para comprar el gas y cocinar. «A mí no me llega ni el aire», dice Juan Carpavires, habitante del kilómetro 16 de El Junquito, para resumir su situación con el gas, el agua y hasta la luz.

Carpavires dice que para adquirir la bombona de gas «o me calo horas de espera por el camión, que casi nunca pasa, o me desangro con el costo de quien lo tenga. La bombona en los establecimientos está en 350.000 bolívares en efectivo porque no aceptan otro método de pago, a menos que sean divisas», detalla.

Para Juan Carpavires, la escasez de gas «no tiene explicación», pues dice que en otras zonas de El Junquito sí llega con regularidad. No obstante, en una casa donde venden las bombonas tienen más de tres semanas que no les despachan, pero desconocen el motivo.

El gas comunal, que es vendido a través de consejos comunales y es más económico, presenta mayor retraso en su distribución. Tanto así que este año solo han distribuido una sola vez: en abril despacharon las que esperaban desde enero.

«No han llegado (las bombonas) porque no hay camiones en servicio, debido a las fallas mecánicas en los vehículos y si se contrata un transporte privado se les quiere imponer el precio del viaje y ellos no están de acuerdo porque la gasolina se paga bachaqueada», explicó detalladamente uno de los encargados del gas en una comunidad del kilómetro 16 de El Junquito; pero sin hacer mención a que el problema sea de escasez a nivel nacional.

Los habitantes de El Junquito creen que son los más afectados por la falta de gas, y parece que desconocen las plantas de gas operan al mínimo y que no alcanza para todos los estados del país.

Rosario Gil lamenta no tener una cocina eléctrica para no tener que acudir a la leña, pero Juan Carpavires, que sí tiene una hornilla de estas, confiesa que también ha tenido que acudir a la leña cuando no tiene gas y se va la luz.

Gil y otros afectados por la escasez de gas, cuando tienen el servicio, lo ahorran al máximo, por lo que algunos alimentos como los granos, que llevan más tiempo de cocción, son preparados siempre con leña.

De acuerdo con el último estudio del Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP), solo 29,2% de los encuestados afirmó recibir el servicio una o dos veces al mes (cada 15 días o una vez al mes) y 24,7% lo recibe cada dos meses o más; mientras que 31,9% afirmó que las bombonas no llegan nunca a su comunidad.

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