Pese a los cartelitos con el anuncio de los descuentos, las tiendas de Caracas permanecen vacías y a la espera de compradores
Después de las fiestas decembrinas, tiendas y centros comerciales solían preparar sus vitrinas con anuncios de descuento en toda la mercancía. Eran los «descuentazos» del mes de enero, los remates.
Lo que sorprende este 2017 es que, pese a los cartelitos de 20, 30, 40, 50 y 80%, las tiendas permanecen vacías a la espera de compradores.
Contrapunto hizo un recorrido por varios locales de Caracas, durante el cual constató esta realidad que para nada sorprende a los encargados de los establecimientos, quienes en su mayoría alegaron que la poca afluencia de personas se debe a la situación económica del país y el bajo poder adquisitivo del venezolano.
Estiman que, en comparación con los últimos dos años, las ventas bajaron considerablemente.
Así lo refirió Gladys Rivera, encargada de una tienda de ropa urbana para jóvenes: “2014 y 2015 fueron buenas temporadas para final de año, los chicos abarrotaron la tienda y la mercancía se vendió con o sin descuento. Hace dos años te podías llevar dos pantalones; ahora solo uno. Y la franela la vienen a comprar en la quincena siguiente, con el riesgo de que el precio ya no sea el mismo”.
Contó que en los centros comerciales se observan grupos familiares y parejas que caminan y pasean la vista por cada vitrina, pero no entran; y si lo hacen, no salen con bolsas. Persiste la modalidad de preguntar “cuánto vale y en cuánto queda” y, pese a la rebaja, la mercancía no está al alcance.
Bárbara Possú, encargada de un local de venta de ropa deportiva y casual, destacó que no sale del asombro cada vez que le piden incrementar el costo de una prenda de vestir o un par de zapatos. A esto se le denomina “remarcaje de precios” a mitad de año.
“Es increíble que el venezolano, para comprarse un par de zapatos, requiera cuatro salarios mínimos; mientras que para un pantalón que actualmente vale 100 mil, necesite cinco salarios”, criticó.
Refirió que el descuento en la tienda se fijó desde el pasado mes de diciembre y permanecerá hasta agotarse la existencia.
Natalí Camacho, empleada de una tienda de ropa, destacó que el trabajo que les toca no es nada fácil. En primer lugar, el dueño impone una meta de ventas diarias en bolívares, para que cada vendedora o vendedor cobren su comisión de entre 1% y 2% por cada venta.
«Este diciembre se vendieron menos piezas y mucho en bolívares. Por ejemplo, una franela ya cuesta 30 mil y un short playero de marca 60 mil. La gente llevaba una cosa o la otra, nunca las dos; al cierre de la jornada nos dimos cuenta de que fue más el peso en bolívares, pero igualmente la mercancía queda retenida en el local y lo ideal es salir de ella lo más rápido posible para invertir en otras prendas más actuales”.
En años anteriores la situación era distinta, porque la gente tenía con qué, aseguró Camacho.
Fuera del escenario de los centros comerciales de renombre en Caracas, están las tiendas ubicadas en los bulevares recorridos a diario por transeúntes en busca del mejor precio.
Contrapunto se paseó por algunas de ellas y la realidad es la misma.
Ana Guillén fue abordada al respecto e indicó: “Las mujeres siempre esperamos el descuento de ropa interior en enero; es asombroso porque un sostén de buena calidad ya vale 20 mil bolívares. La ropa íntima de mujer siempre ha sido costosa y ni con descuento se puede comprar”.
Lo mismo ocurre en las tiendas de zapatos y ropa en general: en ellas solamente están los empleados, porque las usuarias y los usuarios no ingresan.
FUENTE: CONTRA PUNTO
FECHA: 09 DE DICIEMBRE DE 2017