Mientras los jóvenes en Venezuela son el principal blanco de la violencia, las autoridades del país tienen poca capacidad de respuesta y la impunidad de los crímenes supera el 98%.
La tasa de muertes violentas en la nación es de 91.8 por cada 100.000 habitantes. En 2016 ocurrieron 28.479 muertes violentas, 76% de esas personas (21.643) eran jóvenes menores de 35 años.
Las muertes violentas de jóvenes en la nación sudamericana se desglosan así: 11.676 personas tenían entre 21 y 35 años, representando 41% de las víctimas; 9.113 tenían entre 15 y 20 años, en promedio, 27 personas con ese rango de edad murió cada día del año 2016, para un 32%; y 854 jóvenes eran menores de 15 años, lo que representa un 3%.
Esos datos promedian unas dos muertes de menores de edad cada día, de acuerdo con las estadísticas que maneja el Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV).
Venezuela se ha caracterizado tradicionalmente por ser un país de jóvenes, con una población de 19,2 millones de personas menores de 35 años, de los 31 millones de habitantes que conforman la nación. Pero este grupo, además de ser el sector más vulnerable a ser víctima de la violencia, también es el más propenso a delinquir y convertirse en victimarios. Según los registros de OVV, 72% de los victimarios tiene menos de 35 años, y casi la mitad de ellos tiene entre 20 y 24 años, 32%.
Cuando se analizan los datos por género, se determina que nueve de cada 10 víctimas son hombres, aunque el OVV destaca que está aumentando la proporción de mujeres.
De acuerdo con el presidente de la OVV, Roberto Briceño, 84% de los homicidios que ocurren en Venezuela se generan entre los sectores más pobres, siendo además blanco del 50% de los secuestros.
Briceño advierte que el secuestro dejó de ser un delito exclusivo de personas de clase alta, “la mayoría (de ese grupo socioeconómico) se fue del país y otros tienen niveles de seguridad muy altos”, sentencia.
Las mujeres, víctimas y victimarias
No solo ha aumentado la presencia de las mujeres como víctimas en el espiral de violencia venezolano, también actúan como victimarias. En 2016, se registraron 171 delitos cometidas por las féminas, representando 12,5% de aumento en relación con el año anterior, donde se reportaron 152 delitos cometidos por ellas, de acuerdo con información registrada por la Organización No Gubernamental Cecodap, ONG de humanos que previene la violencia y promueve el buen trato a la niñez y adolescentes en familias, escuelas y comunidades.
La situación económica y social en Venezuela, en plena crisis humanitaria, incide en el comportamiento de las jóvenes, que están utilizando la violencia como único mecanismo de sobrevivencia. “Las niñas están dejando sus casas presionadas por la crisis o porque los vínculos internos de sus hogares están resquebrajados, exponiéndolas con mayor proporción delinquir”, advertía Fernando Pereira, Coordinador General de Cecodap.
Al analizar las causas de la violencia generalizada entre los jóvenes venezolanos, el Observatorio Venezolano de la Violencia advierte que de los dos pilares de integración de la juventud con la sociedad: la educación y el trabajo, están rotos, su debilitamiento impide que exista una expectativa de vida, y esperanza por el futuro.
OVV estima que una parte importante de la juventud abandona el sistema escolar entre los 11 y los 15 años de edad, 2 de cada 5 jóvenes no asisten regularmente a un centro de educación, en el momento en que se necesitaría un mayor esfuerzo para que permanezcan estudiando, no sólo por los conocimientos y destrezas que adquirirán, sino por la integración social y normativa que les ofrecerá la escuela.
Con información de: Observatorio de Violencia
Fecha: 20 de marzo de 2017