Sus carritos abundan en las calles, algunos son más famosos que otros, pero todos tienen el mismo desafío: tratar de sobrevivir en el negocio de la comida rápida en un país sacudido por la escasez y los altos costos.
En Chacaíto, cerca del Consulado de Colombia y de algunas paradas de transporte público, hay varios de estos negocios. En el menú siguen ofreciendo perros calientes, hamburguesas y pepitos, todos con precios que hasta hace unos 3 años parecían “impensables”.
Uno de estos puestos es «Maro Burguer”. En su menú los perros calientes van desde los 5.000 hasta los 7.000 bolívares, el monto varía si el cliente desea agregarle queso. La hamburguesa más económica cuesta 17.000 bolívares, mientras que la “4 sabores” (incluye chorizo, morcilla, carne y pollo) ya está por los 34.000 bolívares.
Los precios de las bebidas también varían, van desde los 4.000 hasta los 6.000 bolívares.
Los trabajadores están conscientes de que la venta no es igual que hace un tiempo, antes vendían más, pero por los altos costos de productos como la mayonesa y el cartón de huevos se han visto obligados a subir constantemente los precios. Una vez por semana, para ser exactos.
«Comer en la calle, comerse un perro, ya es un lujo. No hemos dejado de vender, pero la clientela sí ha bajado por los cambios en los precios», aseveró.
A pesar de las limitantes, aseguran que tratan de mantener la calidad de la comida. También han optado por reinventarse para sobrevivir y desde hace dos meses ofrecen combos. Uno de los más buscados es un jumbo con bebida por 13.000 bolívares.
Afirman que los consumidores prefieren estas opciones por lo económico y la calidad. «Arrancamos con eso porque salen más y nos hace sacar la mercancía, porque a veces se nos puede dañar», explica uno de los encargados del lugar.
Otras de las dificultades que han tenido que enfrentar son las personas en situación de calle que rodean los negocios y que, aseguran, han aumentado durante el último año.
«Aquí se ve la mendicidad, piden que los ayude con un pan, luego viene otro por ahí (…) Los ayudamos, pero no lo podemos hacer siempre porque se vuelve costumbre», alega.
En Las Mercedes está «El rincón del sabor», puesto popular y bastante concurrido por su cercanía con locales nocturnos. Tienen 20 años en el sitio y coinciden en que la clientela ha bajado drásticamente.
En «El rincón del sabor» los precios también se asemejan, ofrecen los perros calientes desde 5.500 y la hamburguesa más cara está en 35.000 bolívares. Por los altos costos y la escasez también se ven obligados a subir los precios hasta dos veces por semana.
«Aquí los precios se cambian hasta dos veces por semana, y eso es porque los costos de los productos cambian todos los días, como la cebolla, por ejemplo; el kilo sube a cada rato. Los refrescos, la salchicha, la chuleta», explica Jennifer García, quien es una de las dueñas del sitio.
Explicó que es difícil sobrellevar las quejas de los clientes cuando sube de precio algún producto.
«Es triste porque a veces el cliente no entiende y se disgusta, pero no es porque uno los aumente para ganar más, a veces subes y ganas menos (…) Ahora comer cualquier cosa en Venezuela es un lujo, hasta comprar un agua», puntualizó.
Fuente: El Nacional
Fecha: 21 de septiembre de 2017