El grito de “ministro, presta atención. Tú eres el que niega el derecho a la educación”, rompió filas. Yulai Figueroa extendió su pendón y se unió al coro de unas 150 personas que fueron convocadas por la Coalición Nacional Sindical de Maestros en protesta a la violación de la segunda convención colectiva que el ministro Aristóbulo Istúriz mantiene desde agosto del año pasado. Yulai es docente con 16 años de servicio y trabaja en el liceo Julio Bustamante en Bello Monte.

Las tablas salariales se perdieron, el docente VI, por ejemplo, pasó de percibir 12,57 salarios mínimos a 1,48 tras la reconversión monetaria, a las escalas las dejaron sin efecto.

Sin HCM ni seguro funerario, adeudan un aumento de 40 % correspondiente al mes de octubre de 2018 y uno de 60 % que debería entrar en vigencia este mes, comienza a detallar Yulai. “Nos están pagando un salario único, pero cada vez nos exigen más. Hasta nos ponen represalias por protestar. Los niños tienen la educación, pero si nos tienen mal pagados, no podemos dar educación de calidad a nadie”.

Los maestros están olvidados, pero este martes recordaron en las puertas del Ministerio de Educación que existen como gremio. Incluso, desde el pasado 7 de enero, los docentes de unas 15 escuelas públicas en Caracas se mantienen en paro técnico y en asambleas permanentes. “Ah, cerraron las puertas del ministerio”, se queja Yulai.

“Pusieron a trabajar a los policías”, dice otra maestra cuando ve desplegarse en la entrada a un contingente de la Policía Nacional Bolivariana. Yulai se sorprende y no duda en citar el artículo 68 de la Constitución: “Tenemos derecho a la protesta, de manifestar de forma libre”. Toma agua y replica: “Paro nacional ya. El paro es en la escuela”. Para este jueves 17 de enero se realizará una suspensión temporal de las actividades, según convocó la Coalición Nacional del Magisterio.

Al final subieron los maestros y los funcionarios les pidieron la cédula laminada. Entre esos, Elvia Ochoa, del Sindicato Nacional Fuerza Unitaria Magisterial: “El patrón se ha olvidado de nosotros y como no nos hacemos sentir, nunca nos escuchan. Pero hoy el maestro tomó conciencia y salió unido en defensa de nuestros derechos contractuales”.

Anyubel Meza, docente del liceo Luis Manuel Urbaneja Acelpohl, tiene dos años ejerciendo y ya se siente decepcionada: “Como puedo ayudo, pero todos los días me levanto con el mismo cabizbajo porque no se le ve salida a lo que está ocurriendo en mi país. Ahora entiendo lo que sintieron mis profesores en la universidad”.

En medio de una “gigantesta estafa” salarial, como lo han denominado los sindicatos del Magisterio, “una inédita y creciente diáspora” de maestros y una inflación de 1.600.000 % que dejó 2018,  Maduro escribió en su Twitter: “Feliz día, maestros y maestros”.

Con información de Crónica Uno

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