Los delincuentes hacen fiesta con la oscuridad y las pésimas condiciones en las que se encuentran algunas vías de la zona metropolitana.

La Prensa de Táchira 

La ausencia de patrullaje oportuno y la falta de mantenimiento en los laterales fomentan los escondites de los antisociales, que optan por atacar los vehículos con piedras y colocar obstáculos en las vías para proceder a robarlos.

Los puntos más críticos donde se registran mayor cantidad de hechos delictivos de esta índole son en la avenida Antonio José de Sucre a pocos metros del Centro Comercial Sambil, en la vía que conduce a Táriba en la Y, y en la avenida Rotaria cerca del sector La Alianza.

Sin embargo; para el ingeniero civil, Freddy Osuna, la falta de iluminación, la rotura de la carpeta asfáltica, y la falta de limpieza de laterales son elementos que deben ir mancomunados, puesto que mientras las carreteras no estén en condiciones serán una boca del lobo y la limpieza de laterales no esté hecha como corresponde, puede fomentar la delincuencia en diversas zonas.

«En ese tipo de situaciones se debe hacer una inspección para determinar las fallas, y posteriormente ejecutar trabajos. Mientras estas fallas existan, la delincuencia va a existir», dijo.

En el caso de la avenida Antonio José de Sucre, cerca del Sambil ya se han registrado varios robos, donde los delincuentes se ocultan entre la maleza que hay a mano derecha. A pesar de que durante el mes de noviembre parte de esta autopista fue iluminada, la mayoría de sus luminarias se han quemado, lo que le dio empuje a este tipo de hechos.

En el caso de la Y que conduce hacia Táriba, los delincuentes suelen ubicarse para lanzar piedras muy cerca del punto de control de la Policía Nacional Bolivariana, en medio de la oscuridad se aprovechan y atacan a los carros, a pesar de que los funcionarios están muy cerca siguen su plan para delinquir. Esta vía conduce hacia otros municipios del estado y la recorren vehículos de carga pesada.

Hasta hace dos semanas fue que los bombillos de este punto fueron renovados, y esto en virtud de las constantes denuncias y quejas por los robos y ataques a sus vehículos.

En cuanto a San Cristóbal en la avenida Rotaria, muy cerca del sector La Alianza, también es una cueva de lobos. Los transeúntes optan por no recorrer la vía caminando luego que cae la noche.

Sin embargo, hay otros lugares de la ciudad que también son blanco de la delincuencia, tal como la parte de abajo del Faro La Marina.

La seguridad

A pesar de que las denuncias sobre este tipo de ataques a los vehículos se han hecho virales por redes sociales desde finales del 2021, los cuerpos de seguridad han comenzado un período temporal de observación en estas zonas hace más de diez días, donde 1500 funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana, Politáchira y la Guardia Nacional Bolivariana deben recorrer la zona metropolitana.

Ante esto, Manuel Romero, comisionado jefe del Cuerpo de la Policía Nacional Bolivariana y coordinador del CCP Táchira, explicó que este tipo de hechos se dan en complicidad con la oscuridad y las condiciones de las carreteras, pues también muchos de los robados se quedan accidentados y los delincuentes aprovechan.

Según Romero, hasta el momento no se han realizado capturas con respecto a estos robos, pero sí han determinado que son bandas conformadas por delincuentes de las zonas. «Estas son bandas nómadas, personas en situación de calle inclusive están pendiente de quién pasa, y ven las horas en las que pueden atacar».

El funcionario destacó que los días con mayor incidencia de este tipo de hechos son los lunes y domingos después de las seis de la tarde, cuando las vías se quedan solitarias.

Cayeron en las trampas de los delincuentes

Hace quince días, Jefferson Tolosa pasaba por debajo del Faro La Marina alrededor de las 7:30 de la noche en su motocicleta, iba con destino a su casa. Desde hace varios años se dedica a ser mototaxista, por lo que su único sustento es la moto.

Por lo oscuro de la zona, ya que no cuenta con ningún tipo de alumbrado desde hace varios años, y los pronunciados huecos que se rebosan de agua cada vez que llueve, el joven no logró ver una cabilla que estaba puesta en medio de la calle que se le incrustó en el caucho al pasar por encima de ella.

El joven al notar que se había espichado disminuye la velocidad, y cuando decide orillarse a revisar el caucho aparece en medio de la oscuridad un joven que evidentemente pretendía despojarlo de sus pertenencias, Tolosa decide acelerar y huir del lugar.

Una situación parecida vivió una ciudadana que pidió no ser identificada.

Iba en compañía de su pequeña hija, recorrían la vía hacia Táriba, cuando una piedra impactó con el parabrisas del vehículo. La mujer inmediatamente se dio cuenta que era para robarlas y acelera el carro.

Sin embargo, aunque salieron ilesas de la situación tuvieron que recuperar el vidrio afectado días después, por la mediana piedra que les lanzaron. Ambas quedaron muy asustadas después del hecho.

A raíz de esta serie de historias que han ocurrido con las estrategias utilizadas por los delincuentes, ya los conductores están precavidos al recorrer estas zonas, aunque muchos no se logren escapar de los ataques, pues no se sabe con exactitud en qué punto de la carretera se esconden los antisociales para atacar.

San Cristóbal sectorizada

Ante las constantes denuncias y quejas de los sancristobalenses por los robos en las calles y avenidas de la ciudad, los cuerpos policiales ejecutan labores de patrullaje constante en la ciudad, a modo de disminuir los hechos delictivos en la capital tachirense.

Ahora estará dividida en siete sectores, donde cada cuerpo policial debe supervisar diversas zonas de la ciudad y así poder reducir los actos vandálicos; esto mientras se restablece el alumbrado público y las condiciones de las principales carreteras y autopistas.

La Guardia Nacional estará recorriendo durante las 24 horas del día los sectores ubicados en la parte alta de la ciudad como Paramillo, Complejo Ferial, entre otros, mientras que la Policía Nacional Bolivariana realizará patrullaje en las zonas como La Concordia, La Castra y La Machiri y al Cicpc le corresponde la parte baja de San Cristóbal, como los barrios y otros sectores.

Para criterio del comisionado Romero, la delincuencia siempre va a migrar. «Puede que ahorita por la oscuridad y por las condiciones de las avenidas y calles roben en estos puntos, pero después pueden que migren a otros sitios, por eso hay que vigilar», dijo.

Con información de La Prensa de Táchira

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