Saúl quería votar en las elecciones parlamentarias de Venezuela, pero no tenía combustible. Desde temprano aguardaba en una de las filas que serpenteaban a las afueras de varias gasolineras de Caracas, algunas incluso con mayor afluencia que muchos centros de votación.

La jornada electoral transcurrió en medio de puntos de votación desolados, aunque en zonas como la enorme barriada 23 de Enero, bastión chavista en Caracas, se vio más movimiento de electores, así como en mercados callejeros y comercios abiertos.

«No logré votar porque no tenía gasolina, yo voto en el estado Miranda, en los Valles del Tuy, a mí me hubiera gustado mucho ir a votar», contó a la AFP Saúl, que prefirió no dar su apellido, desde una gasolinera en la barriada popular de Catia, en el oeste de Caracas.

Como él, muchos venezolanos pasaron buena parte del domingo buscando combustible, un insumo escaso en el país con las mayores reservas de crudo del mundo y que el gobierno del presidente Nicolás Maduro atribuye a un «bloqueo criminal» de Estados Unidos.

Analistas, en tanto, lo ven como un resultado de años de gestiones erradas y de corrupción en la industria petrolera que llegó a tener una capacidad instalada para producir 1,3 millones de barriles de combustible por día.

Para trasladarse hacia el centro electoral donde vota, a las afueras de Caracas, Saúl necesita recorrer unos 40 kilómetros. Antes de conseguir una estación con gasolina, «perdió» tres horas en otra surtidora.

«Necesito la gasolina para trabajar, me queda solo una reserva de 10 litros, normalmente amanezco en la cola», relató este técnico de 33 años dedicado a la instalación de sistemas de videovigilancia.

«No tengo combustible»

Maduro, por su parte, pronosticó que con un nuevo Parlamento que resultará de unas elecciones boicotedas por el grueso de la oposición, que las considera un «fraude», se podrá avanzar en la solución del problema.

«Con una nueva Asamblea Nacional que enfrente el bloqueo, las sanciones y que salga a defender a Venezuela, que deje de sabotear a Venezuela (…) vamos a tener mejores oportunidades para avanzar en la solución de este problema creado por las sanciones», dijo a periodistas después de votar.

Las dificultades para surtirse de combustible se agravan en los estados del interior del país, donde incluso hay personas que hacen filas durante días hasta lograr abastecerse.

Wilfredo Brito, un obrero de 43 años residente en el minero estado Bolívar (sureste), fronterizo con Brasil, llevaba horas esperando en una gasolinera de San Félix, a las afueras de la capital, Puerto Ordaz.

«No ejercí mi derecho al voto porque no tengo combustible para trasladarme hasta el centro de votación el cual queda en Puerto Ordaz (…) La gente tiene más interés de echar gasolina que en la situación que vive el país en estos momentos», remarcó.

Guillermo Gamez, un taxista de 65 años con un viejo carro blanco con una franja de cuadros amarillos y negros, afirmó de su lado que, aunque es «un poquito apretado echar gasolina», él logra hacerlo cada cinco días en estaciones de la capital venezolana.

Con información de La Prensa de Lara

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