El río llegó este 14 de agosto a los 18.04 msnm, pasando por un centímetro el nivel histórico de 1943 y restando uno para llegar al de 1976; en el caso de Caicara, 2018 representa un nuevo récord al sobrepasar por 34 centímetros la cota de alerta roja. En todo el estado Bolívar se registran más de 11.700 afectados por las inundaciones, de los cuales más de 7.700 son los que están refugiados entre los 60 albergues en la región.
2018 significará un nuevo récord histórico de la crecida del río Orinoco. Hasta la tarde de este 14 de agosto, su cota se mantuvo en 18.04 msnm, un centímetro más que el histórico de 1943 y apenas con un centímetro de diferencia para alcanzar la de 1976. El total de afectados por las inundaciones en el estado Bolívar se incrementó 11.772 personas, de las cuales más de 7.750 fueron ubicadas entre los 60 refugios temporales en la entidad.
El gobierno regional afirmó que se preparan para el cierre de la temporada de lluvia, el cual calificó ser el más crítico, porque “la tierra está centrada y viene el rebalse, con 40 mil metros, 33 metros por segundo, casi como el caudal del Amazonas. Las aguas de impacto fuerte se encuentran aún en el municipio Cedeño, en Caicara la cota está 34 centímetros por encima del nivel histórico”.
“Que no nos den casa porque sé que es embuste, pero al menos que nos atienden, que nos den medicina, porque no tenemos para comprarlas”, demandó Juana Golindano, habitante del sector Buena Vista del municipio Heres.
Su vivienda está prácticamente bajo las aguas, y está ubicada justamente al frente del único refugio en Buena Vista. Sin embargo, ella se resguarda en casa de una conocida, no sabe de otro albergue, pues alega que ese, donde permanecen 11 familias (31 personas), ya está full.
“Aquí hay un virus de vómito, fiebre y diarrea. El señor (un vecino) tiene paludismo, y él mismo tuvo que ir hasta el módulo de El Perú a buscar el tratamiento porque para acá no han traído nada. Hace unos días nos trajeron una caja de comida y ya”, denunció.
Ayuda para unos, olvido para otros
Pero mientras unos pocos recibían ayuda, las familias afectadas que no están en los refugios no cuentan con beneficios. Mientras que un camión cisterna llenaba los baldes de agua para los refugiados, otros vecinos reclamaban que tenían una semana sin agua.
“Ahora no tenemos ni agua, se rompió un tubo y así se quedó, no lo arreglaron”, confirmó José Cañas, quien junto a su esposa, se refugia en el albergue de Buena Vista, donde duerme en una carpa instalada en el pasillo de la institución.
Las demás familias, aprovecharon para resguardar algunos enseres como neveras, cocinas y cama en este albergue.
Cañas igual perdió parte de sus bienes. Entró de nuevo a su vivienda, donde el agua -afirma- le llegaba al pecho. “Se me cayó una cama con todos los corotos, televisor, el Directv, todo. Nadie esperaba que este río iba a crecer así”.
En Ciudad Bolívar se esperaba desde el lunes la visita del ministro de Relaciones Interiores, Néstor Reverol, por lo que el despliegue de las autoridades fue mayor. En el barrio La Toma, una de las zonas más afectadas en el municipio Heres por la crecida del río, entregaban cajas del CLAP, a pocos metros donde las aguas prácticamente cubren las viviendas.
“Tengo toda la vida viviendo aquí y primera vez que veo esta crecida así. Anteriormente viví a unas ocho casas más abajo y el agua no llegó hasta acá, ahorita veo que en cualquier momento se me venga el río y me tenga que mudar”, comentó una residente cuyo plan de contingencia es mudarse a la casa de enfrente, cuyo terreno es más alto que el resto, y por las crecidas anteriores, prevé que el río no logre inundarla. Por ahora, el río está a escasos tres o cuatro metros de distancia de su hogar.
Parte de sus caminerías del mirador están anegadas y el agua está a escasos centímetros de pasar las barandas y muro de contención.
En el Casco Histórico y algunas calles en el resto de la ciudad, las afectaciones no se han dado directamente por la crecida del río, sino por las anegaciones provocadas por la obstrucción de los drenajes.
Las estimaciones apuntan a unos días más de lluvias hasta que finalmente comience el cabeceo de los ríos y las aguas retornen a su normalidad en noviembre aproximadamente.
Con información de Correo del Caroní