Armando Chacín, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga), aseguró que el sector pecuario jamás pasó por una crisis tan profunda como la que vivió en 2018, y una de las principales causas, además de ataques del Gobierno y la falta de insumos, combustible y créditos, fue la reinante inseguridad en el campo.
Productores agropecuarios han denunciado en reiteradas ocasiones que los actos vandálicos son a diario y que no hay autoridad municipal, regional ni nacional que responda a las denuncias que han hecho. Afirman que la inseguridad no solo afecta el patrimonio y el trabajo del productor, sino también al consumidor debido a que es menos la carne y la leche que llega a su mesa.
En agosto del año pasado Fedenaga denunció que en el país se reportaban, en promedio, entre 500 y 700 robos o matanzas diarias de ganado en todo el territorio. En ese entonces Chacín señaló que incluso en zonas rojas se llevaban hasta 300 cabezas en una sola noche.
Carlos Albornoz, presidente del Instituto Venezolano de la Leche y la Carne (Invelecar), expresó que el contrabando y los robos en fincas han castigado de manera inmisericorde al rebaño nacional como nunca antes. Afirmó que por contrabando de extracción y abigeato más de 900.000 reses se perdieron el año pasado, pues entre 600.000 y 650.000 animales entraron a Colombia según la Federación Colombiana de Ganaderos y entre 300.000 y 350.000 reses cobró el abigeato, siendo este último un aproximado conservador.
“Lo que pudimos haber crecido se nos está yendo por la frontera por los grupos irregulares que son denunciados constantemente”, señaló. Añadió que estos hechos no permiten que el rebaño nacional crezca y supere los 8,2 millones de reses que hay aproximadamente en Venezuela.
Albornoz ha asegurado que lo lógico es que la cantidad estuviese cerca de los 30 millones de animales, con los cuales se podría cubrir un consumo de 19 a 21 kilogramos de carne por habitante al año. Sin embargo, debido a la pérdida del poder adquisitivo, el consumo per cápita del rubro pasó de un pico que hubo en 2012 —que fue de 23,7 kilogramos por habitante al año— a unos 4,5 kilogramos en el primer semestre de 2018.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el consumo de carne vacuna per cápita de Venezuela el año pasado fue de 4 kilos, la más baja de la región. Uruguay fue la más alta, con 59,2 kilos por habitante.
Con información de Crónica Uno