La situación crítica que se vive en Venezuela no solo afecta a los ciudadanos por la falta de medicamentos, alimentos, falta de servicios públicos o el incremento de los productos de todos los sectores, sino que también abarca la educación. Cada vez son más los niños que dejan de recibir educación porque sus padres no pueden costear los gastos básicos: matrícula, uniformes, útiles, comidas o meriendas.

Para que un niño estudie en un colegio privado su representante debe pagar, solo en matriculación, alrededor de 1.500 Bolívares Soberanos (BsS) y las mensualidades superan los BsS 2.000.

Después de reunirse con los padres y representantes de los estudiantes, algunas instituciones educativas privadas, tanto del este de caracas como del oeste, han optado por dejar inscribir a los niños incluso antes de fijar un precio para sus servicios.

Un trabajador de una institución, que prefirió mantenerse en el anonimato por miedo a las acciones que podría tomar el gobierno, afirmó a El Nacional Web que esos precios están sujetos a cambios porque “de aquí a tres o cuatro meses, todo podría estar costando triple”.

Aunque ya los colegios están en período de inicio a clases, el costo de las mensualidades todavía no ha sido aclarado a los padres en algunas escuelas. Gerardo Torres, padre de un pequeño que cursa 3er grado de primaria es referente de estos casos; aún desconoce cuánto deberá pagar para costear el aprendizaje de su hijo.

Indicó que tuvo que pagar un monto por la inscripción del niño en Julio y ha escuchado que pronto el colegio va a pedir una cuota extra para compensar los cambios que han ocurrido en el país.

Del mismo modo, Andreina Peñuela, madre de otro niño que estudia primaria en un colegio privado, expresó su preocupación ante la situación que enfrenta con respecto a la educación de su infante.

“Todo me lo cobran en dólares, pero yo gano en bolívares. Mi ingreso no aumenta, así que estoy ahorcada. Tenemos un solo hijo y por eso hicimos el sacrificio, si fuese más de uno no hubiésemos podido”, dijo Peñuela.

Agregó que, previendo el escenario actual, empezó a comprar los implementos necesarios desde abril y le pidió a las mamás de los niños del grado superior, que le dijeran cuáles serían los libros que necesitaría en el siguiente año escolar para poder comprarlos “lo antes posible”.

“Antes del aumento ya yo había comprado todo, pero sé que eso no lo hizo casi nadie y de agosto para acá todo aumento demasiado”, destacó.

Educación vs alimentación

Con el aumento anunciado por Nicolás Maduro el 17 de agosto, el salario mínimo quedó en BsS 1.800 mensual, lo que resume que una persona tendría que pagar 83% de su sueldo solo en la inscripción de un niño.

Lo que deja solo 17% del salario, que se traduce en BsS 306, para cubrir las otras necesidades familiares. Según los precios fijados para los rubros alimenticios especificados en la Gaceta Oficial, el arroz blanco tiene un valor de BsS 42; la pasta BsS 48; los huevos BsS 81,5; la carne de res BsS 90. El más barato de los rubros es la sal, que cuesta BsS 13.

Una familia que viva de un solo sueldo básico solo podrá comprar un poco más de 3 kilogramos de carne de res para todo el mes, con el remanente del salario después de pagar la inscripción. Todavía quedarían por fuera los útiles y los uniformes, que cuestan entre BsS 1.500 y BsS 3.000, respectivamente.

Sumando todos los gastos necesarios para que un niño comience clases, se deben invertir aproximadamente BsS 8.000, forzando a los padres que no tengan un ingreso capaz de soportar estos precios, a llevar a sus niños a colegios públicos, optar por una beca o incluso, dejarlos sin educación.

Roberto González, padre soltero de un niño que acaba de pasar a 6to grado, resaltó que conoce de algunos padres que dejan de comer para que sus hijos tengan una educación apropiada.

“Dejan de comer para darle de comer a los chamos. Tratan de mantenerlos en sus colegios pero llega un momento en que es imposible y tienen que buscar alternativas más económicas, con mucho dolor, porque saben que la calidad de la educación no es la misma pero no tienen alternativa”, aseguró.

La crisis en el sector educativo va en ascenso, según Fausto Tomero, presidente de la Asociación Nacional de Institutos Educativos Privados, detalló que este año se inscribieron 1.200.000 estudiantes en los planteles, a diferencia del año pasado que la cifra superó los 6.000.000. Resaltó que la mayoría de los padres que no inscribieron a sus niños tuvieron dificultades económicas.

Disminuyeron de 6 millones a 1 millón los alumnos en las aulas del país

Asimismo, aseguró que 400 colegios privados tuvieron que detener indefinidamente sus actividades debido a las medidas económicas tomadas por el presidente.

A pesar de toda la situación que arropa al sector, tanto padres como maestros hacen un esfuerzo para continuar formando a los futuros profesionales que liderarán el país en sus respectivas áreas.

Con información de El Nacional.

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