Solo unas cuantas líneas están activas. La producción de medicamentos en el país sigue descendiendo y la importación se mueve al mismo ritmo. Solo algunos genéricos de bajo costo están saliendo de las industrias químico farmacéuticas pero en cantidades tan limitadas que alcanzan para cubrir apenas 20% de la demanda nacional.
El problema es claro. No se trata de distribución sino de una deuda de más de cinco mil millones de dólares con proveedores internacionales negados a despachar hacía clientes venezolanos hasta que se honre ese compromiso económico. Yelipza Moreno, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Carabobo, alertó que cada vez es menor la reposición de inventarios en el mercado.
La cifra de escasez en la región es, en promedio, la que se replica en todo el país de 85% sostenida desde hace seis meses. Pero hay casos más críticos. La ausencia de los anticonvulsivantes es de 95%. “Eso es alarmante porque la vida de muchos niños está en riesgo debido a la falta de la medicina indispensable para su funcionamiento neurológico”.
El problema no solo es evidente en el sector privado. Los números del Servicio Autónomo de Elaboraciones Farmacéuticas (Sefar), organismo creado por el Gobierno para la producción y distribución de medicamentos, indican que un marcado retroceso en la producción. Las memorias y cuentas del Ministerio de Salud demuestran una caída de 93% en la fabricación de medicinas desde 2013 a 2015. Se pasó de manufacturar 10 millones 211 mil 616 unidades de medicamentos a 714 mil 740.
Automedicación riesgosa
Unos cuantos antihipertensivos comenzaron a aparecer durante las últimas semanas en las farmacias. Con récipe en manos pacientes de todas las edades se les veía hacer largas colas. Muchos de ellos se regresaban con las manos vacías. “Eran genéricos de un único tipo y no todas las afecciones por subidas de tensión son iguales. Algunos requieren tratamientos con vasodilatadores, otros con antagonistas de enzimas”.
Pero ante la ausencia de la medicina receta muchos simplemente compran lo que consiguen. Es una decisión que se traduce en un gran riesgo para la salud. La automedicación ha derivado en crecientes emergencias de anginas de pecho, accidentes cerebrovasculares y parálisis faciales, que son patologías asociadas también como causa de la falta de tratamientos de otras enfermedades.
FUENTE: INFORME21
29 de septiembre de 2016