Las recientes muertes producidas por el contagio de difteria en el estado Bolívar, y posterior aparición de un caso sospechoso en Anzoátegui han generado alarma entre los venezolanos, quienes a diario comentan sobre el tema. Pero, ¿saben realmente cómo llegó al país y si existe o no riesgo de brote?

Luzmila Caballero es una ejemplo de la falta de información que hay en la entidad. Ella quiso ser precavida y vivió momentos de angustia tras una presunción.
“Mi hija de seis años comenzó a sentirse mal y cuando observé que tenía fiebre la llevé al ambulatorio Alí Romero de Barcelona. Pensé que había contraído la difteria”.
Tras cuatro horas de evaluación, los galenos determinaron que la infante tenía una mala digestión, y fue dada de alta. Por la misma situación han pasado decenas de madres en los últimos días, pues son pocos los que conocen sobre la afección.

La médico infectóloga Tibisay Triana explicó que la difteria es una enfermedad bacteriana producida por un bacilo grampositivo llamado Corynebacterium diphtheriae, y que genera la toxina involucrada que provoca la afección que se desarrolla en pacientes con un criterio clínico compatible.

La especialista señaló que el último caso que se reportó en Venezuela fue en 1992, y alertó que el incumplimiento del esquema de vacunación ha traído como consecuencia la vulnerabilidad en el sistema inmunológico de la población.
“Se debió mantener una cobertura de vacunas en niños por encima del 90% y en adultos sobre el 75%”.

Triana comentó que esta protección se obtiene con la vacuna Pentavalente que se coloca a los 2,4 y 6 meses de vida, además de dos refuerzos a los 18 meses y cinco años.
“Después de haber completado el plan de vacunación, debemos estar alerta para recibir refuerzos cada diez años con la inmunización de la doble bacteriana que contiene toxoide y difteria”.

Triana informó que luego de recibir la notificación de que una niña de cuatro años poseía los síntomas clínicos de la enfermedad y que se encontraba aislada en el hospital Dr Luis Razetti de Barcelona, preparó un documento que ayuda a refrescar la memoria de los galenos sobre causas y tratamientos.

En las charlas dictadas en ese nosocomio participan otros especialistas como la pediatra Carmen Grasón, quien aseveró que desde hace de tres años el esquema de vacunación presenta deficiencias a nivel nacional, pues no todos los centros asistenciales han contado con las vacunas necesarias para cubrir un alto porcentaje poblacional.

“Recuerdo que muchas madres denunciaban la escasez de inmunizaciones contra el rotavirus, neumococo y pentavalente, lo que ahora se ve reflejado en la baja cobertura de vacunación”.

Ambas especialistas temen que el bajo porcentaje de inmunización traiga como consecuencia un brote de difteria en la entidad, pues gran parte de los anzoatiguenses se encuentran desprotegidos.

Brasil y Venezuela

Comentó que a mediados de 2015, fueron confirmados 11 casos de difteria y casi cien sospechosos en Brasil, convirtiéndose así en un país vulnerable al que aún se debe mantener vigilado.

“Los venezolanos están visitando con frecuencia Brasil en la búsqueda de alimentos, y los brasileños han comenzado a venir a nuestras regiones a ofrecer sus productos”.

Grasón comentó que los países donde ocurren desplazamientos poblacionales y hay un bajo nivel en el cumplimiento del esquema de vacunación, también están en riesgo de registrar brotes de esta y otras enfermedades.

Como ejemplo cita la India y Rusia, donde ocurrió un brote recientemente por no existir un nivel óptimo de cobertura.

“Con ayuda de la vacuna oportuna, empleo rápido de la antitoxina cuando el paciente enferma, y el suministro de antibióticos, se logra desvanecer la enfermedad, pero para evitar los brotes se debe cumplir con las prácticas adecuadas según estándares internacionales de vacunación. La taza de inmunización debe estar por encima del 90%”.

Cuenta que de cada diez niños que atiende en su consultorio, al menos cuatro presentan fallas en su esquema de inmunización.

Condiciones que inciden

El pediatra neumonólogo, José Gregorio Martínez, explicó que la falta de higiene, malnutrición y hacinamiento también influyen en el contagio de la enfermedad que se transmite por las vías respiratorias: tos, estornudos y gotas de saliva.

Apuntó que la patología tiene un período de gestación de dos a cinco días y se manifiesta con dolores en la garganta o mucosidad con sangrado, además de fiebre que no excede los 38,5 grados.

“Tras contraer difteria, al paciente se le forma en las primeras 24 horas una membrada grisácea que luego se torna gruesa, la cual puede comprometer la vías respiratorias, por lo que debe acudir al médico de inmediato y así evitar complicaciones o necesitar de entubación”.

Según el Ministerio del Poder Popular para la Salud, la cobertura de la tercera dosis de pentavalente en Venezuela, apenas alcanza a cubrir 50% de la población.

La información, suministrada de manera confidencial, revela que en Anzoátegui sólo 25% de sus habitantes cuenta con el primer refuerzo de la dosis, lo que muestra el alto nivel de vulnerabilidad que existe.

La autoridad única del sector Salud, Eduardo Martínez, indicó que las vacunas y antibióticos para combatir la difteria estaban garantizadas para toda la población. Sin embargo, hasta ahora no se han reportado operativos de inmunización en sectores populares e instituciones educativas, sólo se ha hablado de vigilancia en los municipios vecinos al estado Bolívar.

Epidemiológico
Especialistas coinciden en que en Venezuela no existe cerco epidemiolígico, pues es con vacunas como se ataca principalmente la enfermedad y el sistema tienen varios años fallando. Además no existe un control sanitario para quienes entran y salen del país por lo que es difícil identificar las fuentes de contagio.

Vacunas existentes
En Anzoátegui, pocos son los centros asistenciales que cuentan con la vacuna pentavalente, a pesar de que la autoridad única de salud de la entidad, Eduardo Martínez, aseguró que cuentan con suficientes dosis y antibióticos para atacar la difteria. Pese a este anuncio, aún no han realizado operativos de inmunización.

FUENTE: EL TIEMPO

9/10/16

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