El pueblo donde surgió la industria petrolera de Venezuela, Mene Grande, se apaga. Su gente vive paralizada y con incertidumbre. La crisis que atraviesa el país consume su vida, altera su estabilidad y los agobia.

En Baralt, municipio de la Costa Oriental del Lago, donde se explotó el primer pozo comercial del país, conocido como El Zumaque, a 105 años de su hallazgo, sus habitantes sobreviven al olvido del Estado y reclaman por la carencia de servicios públicos.

El anhelo de futuro ideal con el progreso de la producción y explotación de petróleo del siglo XX que tenían sus habitantes, quedó en aspiraciones y dejó incomunicación, desolación y desespero para su gente. Ahora hay un pueblo en ruinas que no recibe soluciones.

No hay agua, gas doméstico ni luz, tampoco bancos y solo algunos comercios siguen abiertos. Aunque los recuerdos de su gente siguen intactos, el pueblo ya no es lo mismo. Mene Grande retrocedió, la crisis lo cambió, como dijo un habitante.

Su gente debe movilizarse hacia otros municipios del Zulia o hasta Trujillo para comprar comida, retirar efectivo y hasta recibir atención médica, porque el hospital Luis Razetti, el tercer centro de salud de la Costa Oriental del Lago, no cuenta con quirófanos, hospitalización y tiene otras áreas que permanecen cerradas. Se adaptan para sobrevivir.

“Aquí queda poco, mis abuelos siempre repetían que la bonanza petrolera traería progreso. Pero no hay nada de eso, esta es una tierra a la que la falta de inversión le pasó factura”, dice Ana María López, habitante del sector Niquitao Arriba.

Baralt aunque ha sido escenario de fechas históricas, ya que en sus tierras también se oficializó la nacionalización del petróleo en 1976 y se construyó la primera refinería de petróleo de Latinoamérica, llamada San Lorenzo, su gente está apagada y en medio de un panorama que le trastoca la vida.

El 31 de julio de 1914 fue un día de júbilo nacional, se activó el pozo El Zumaque, situado en el cerro La Estrella con concesiones de la petrolera extranjera Caribbean Petroleum Company, una corporación adquirida en 1913 por la Royal Dutch Shell, una de multinacionales más importantes en el mundo en materia de hidrocarburos.

Aunque fue bautizado como MG-1, después lo renombraron en honor al vocablo indígena Zumaque, el cual simboliza un arbusto de la zona. Ha pasado más de un siglo y, según cifras de Pdvsa, publicadas en 2014, cuando arribó a su centenario, aseguraron que el pozo continúa produciendo 20 barriles por día, mientras que en sus inicios, llegó a 264 diarios.

105 años después de su hallazgo, sus ciudadanos no ven progreso. Cada día deben afrontar una situación nueva. Por eso, José Manuel Rincón, habitante de Rancho Grande, dice que mucha gente se ha ido de Mene Grande.

Sin bancos ni comunicación

Desde octubre de 2018 no hay entidades bancarias en Baralt, se robaron los cables y no han sido sustituidos; de los cuatro bancos que hay, solo funciona uno. Los pensionados y usuarios que necesiten efectivo, deben movilizarse a otros municipios del Zulia para buscar efectivo y realizar otras transacciones.

La precariedad desespera y no ven desarrollo. “Pero qué hacemos con la historia, cuando ni siquiera se acuerdan de nosotros, hasta bañarnos se convirtió en una odisea. También escasea el agua”, dijo José Vásquez, vecino de San Pedro.

Aunque en Baralt aún hay comercios abiertos, quedan pocos y los productos que ofrecen son más costosos de lo que pueden encontrarse en otras zonas del Zulia. Según José Moreno, un representante de los comerciantes, cerca del 40% de los establecimientos bajaron sus santamarías, en su mayoría por la crisis y otros por las extorsiones que mantenían organizaciones criminales.

La seguridad no era un tema que causara alarma. En Mene Grande no había miedo, era una de las zonas más seguras de la Costa Oriental del Lago, coinciden sus habitantes. Ahora hay inseguridad y ansiedad por las bandas delictivas.

Proyecto eléctrico inconcluso

El  diputado de la Asamblea Nacional, Ángel Caridad, asegura que Baralt ha retrocedido más de 40 años en gestiones municipales y en detrimento de servicios públicos. “Es un municipio rico en recursos naturales, pero pobre en su manejo”.

Mene Grande podría estar aislada del Sistema Interconectado Nacional y excluida del férreo racionamiento que se mantiene en la región zuliana desde marzo, cuando ocurrió el primer apagón que afectó a todo el país, explica Caridad.

Con información de El Pitazo

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