Desde hace siete meses, la alimentación en el hospital Universitario de Caracas es crítica, al igual que en otros centros de salud de la ciudad capital. Nutricionistas aseguran que, debido a la crisis alimentaria y la ausencia de recursos para adquirir productos y rubros, la bandeja hospitalaria para una dieta basal o normal para un adulto no cumple con las 2.400 kilocalorías (Kcal) que requiere por día un paciente hospitalizado y que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hoy el plato cubre apenas, en promedio, entre 500 y 1000 kcal, porción de micronutrientes que es baja para lo que necesita una persona que está en proceso de recuperación.

Al ofrecer arroz, espagueti, caraotas y lentejas, la dieta solo está aportando carbohidratos y proteínas de origen vegetal; y están ausentes otros micronutrientes como las proteínas de alto valor biológico que tienen la carne de res, pollo, huevo y queso; también faltan los minerales y las fibras y vitaminas que contienen frutas, vegetales y hortalizas. Los hospitales del país no están en capacidad de garantizar la recuperación nutricional de los pacientes, especialmente aquellos que ingresan con algún grado de desnutrición, como es el caso de Karina, que por padecer SIDA ha perdido más de 10 kilos de masa corporal.

“Nosotros actualmente en el servicio no podemos ofrecer los 90 a 120 gramos de ración grande de proteína animal porque no se ha comprado carnes, pollos ni quesos. Cada vez ingresan más pacientes con bajos recursos, con grados desnutrición que no podemos ayudar en su recuperación porque no contamos con los alimentos que él necesita”, sostiene Yarilis Tovar, nutricionista clínico del Servicio de Infectología del Hospital Universitario de Caracas.

La realidad del Universitario de Caracas se repite en otros centros de salud de la ciudad capital, como en el hospital José María Vargas, el José Ignacio Baldó (El Algodonal), incluso, en el J.M. de los Ríos, donde se atiende a gran parte de la población pediátrica del país.

En el hospital Vargas solo dan de comer a 5% de los pacientes hospitalizados y la dieta está basada en carbohidratos. En El Algodonal solo sirven en el almuerzo, por ejemplo, pasta y arroz, los familiares de los pacientes deben buscar otros alimentos para complementar lo que reciben.

En el hospital J.M. de los Ríos no se ofrecen dietas terapéuticas a los niños. El pasado mes de agosto, los pacientes con leucemia y enfermedad crónica renal solo habían recibido arroz y arepa sin relleno. La directora del centro pediátrico, Natalia Martinho, les había sugerido a las madres que buscaran alimentos por medio de donaciones fuera del hospital porque el Ministerio de Salud no podía proveerlos. Actualmente, los niños reciben leche entera y fórmulas lácteas que llegan por donaciones. “En la dieta faltan carnes rojas y blancas que son fuentes de proteínas, micronutrientes importantes como el hierro y el zinc”, señaló la jefa del Servicio de Nutrición, Desarrollo y Crecimiento del J.M. de los Ríos, Ingrid Soto de Sanabria.

La crisis alimentaria que atraviesa el país arropó a los servicios de nutrición de los hospitales públicos. Los hospitales dependen cada vez más de la solidaridad de terceros o de instituciones que ofrecen donaciones. Fuentes ligadas a diferentes centros de salud aseguran que el déficit en el suministro de comida en los hospitales se debe a deudas que Mercal, ente adscrito al Ministerio de Alimentación, tiene con los proveedores de productos.

Con información de El Pitazo.

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