Desde hace tres años el dólar paralelo sirve para fijar los precios de los bienes y servicios de la economía. No obstante, el mercado inmobiliario ya no aguanta esa referencia, dice Carlos Alberto González, presidente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela (CIV).

Los desequilibrios de la economía por excesos de controles de precios y de cambio y de leyes que limitan la actuación del sector, llevan al mercado de inmuebles en Venezuela a pasar por el momento más perverso de su historia.

González aseguró, en entrevista con El Estímulo en su espacio en FedecámarasRadio.com, que el sector está paralizado. La venta de oficinas y comercios está detenida, salvo lo que se está terminando en Caracas, acotó.

Igual ocurre con el área industrial y de turismo nimobiliario. El caso de las viviendas no es la excepción. Ni públicas ni privadas, dice y advierte que ni siquiera se está construyendo para el crecimiento vegetativo de la población.

Principalmente el sector se ha visto afectado por la galopante inflación que merma considerablemente el poder adquisitivo de la población.

Los precios han alcanzado un techo y el valor de los inmuebles ha caído tanto en bolívares como en dólares. En bolívares han disminuido en términos reales, pero en faciales no. El crecimiento del valor de los inmuebles no es ni 50% de lo que ha escalado la inflación. En dólares la caída ha sido de 30%, afirmó.

“Oficinas ubicadas en el sureste o este de Caracas que hace un par de años se podían comercializar en 6.000 o 7.000 dólares el metro cuadrado, no consiguen siquiera la mitad”, indicó.

“Estamos en un mercado de compradores, son quienes ponen las condiciones”, dijo González para añadir que la consecuencia para el vendedor es que ve afectado su patrimonio.

Para algunas personas es el patrimonio de toda su vida, es el único bien importante que tienen, por lo que disminuye el patrimonio de una familia clase media que debe deshacerse de su inmueble.

González recomienda vender solo si es estrictamente necesario y hacerlo con profesionales del área.

Advierte que si la situación financiera y política del país no cambia en el corto plazo, “el cielo es el límite para las divisas y no hay sótano que aguante la caída”.

Señala que quienes puedan endeudarse para comprar un inmueble, lo hagan. “Apalancarse para comprar inmuebles sigue siendo un excelente negocio. Es la otra cara de la moneda”.

Aunque no resulta tan fácil. Con la inflación han subido los montos para compra de viviendas. El crédito bancario está en 100 millones de bolívares, con lo que se pueda comprar en el interior del país, no en Caracas. Pero para poder acceder al tope de financiamiento, el grupo familiar tendría que ganar 20 salarios mínimos, recordó.

En virtud de que no hay banco que cubra el valor de un apartamento modesto, González sostuvo que el sector inmobiliario no puede funcionar sin financiamiento, ni aquí ni en ningún lugar del mundo. Ese es uno de los graves problemas en estos momentos.

Fuente: El Estímulo

Fecha: 27 de septiembre de 2017

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