Para los monaguenses adquirir una bombona de gas se ha vuelto un calvario. Desde hacer colas en la madrugada a las afueras de la planta, hasta comprar el cilindro tres veces más de su precio estipulado son algunas de las dificultades que deben sortear quienes viven en uno de los principales estados productores de gas.
La escasez de este mineral en el estado se desencadenó desde hace aproximadamente siete meses, cuando maturineses comenzaron a hacer largas colas en las plantas de llenado. Por lo que las autoridades estadales intentaron tomar control de la situación.
El 9 de febrero la gobernadora de Monagas, Yelitze Santaella, en su programa radial, anunció que el suministro de gas se realizará a través de los Clap en conjunto con los consejos comunales para de esta forma evitar el bachaqueo y la especulación. Desde ese entonces, comenzaron a incrementarse las protestas en las comunidades donde no se daba cumplimiento a tal decreto.
Habitantes de los sectores como Río Bonito, Sabana Grande, Los Guaritos, El Silencio, Viboral, La Pica, La Cruz, casco central de Maturín, Costo Arriba, La Floresta y San Vicente manifiestan que no está funcionando la distribución del gas a través de los Clap.
El 9 de julio, la mandataria regional informó los nuevos precios de los cilindros y el cronograma con el cual serían distribuidos. Dejó en claro que se realizarían jornadas de ventas diarias por eje en las parroquias de Maturín y demás municipios del estado.
Los precios de los cilindros quedaron estipulados de la siguiente manera:
Cilindro de 10 kilos: Bs. 5000
Cilindro de 18 kilos: Bs. 10.000
Cilindro de 27 kilos: Bs. 12.000
Cilindro de 43 kilos: Bs. 15.000
A pesar de este control, la dificultad para adquirir gas, producto de primera necesidad, ha sido razón de protesta en la capital de Monagas. Al menos, en un mes se reportan alrededor de 12 protestas por la carencia de este servicio.
Vecinos de diferentes sectores del municipio Maturín afectados por esta situación ejercen como medida de presión cerrar las principales arterias viales. “Lo hacemos para ser tomados en cuenta por quienes gobiernan, aquí tenemos cuatro meses sin gas y ni un camión han mandado”, precisó Milagros Bermúdez, perteneciente al sector El Silencio.
Esta situación los ha obligado al uso de métodos alternativos como leña para la cocción de alimentos.
Para conseguir la leña los vecinos deben pagar desde 5.000 bolívares dependiendo el tamaño de la bolsa. “Compramos la leña a veces en el mercado viejo y pagamos desde 5.000 hasta 16.000 bolívares dependiendo del bojotico”, puntualizó Nakary Moreno.
“Conseguimos, pero bachaqueadas”
Quienes se rehúsan a cocinar en leña optan por comprar los cilindros a un precio un tanto más elevado del estipulado por las autoridades. “Conseguimos, pero bachaqueadas. Hemos tenido que comprar en 25.000 y hasta 30.000 bolívares la de 18 kilos”, destacó Magalys Ramírez.
Con información de Crónica Uno