“Venezuela vive una hora menguada”. Con esa frase abrió su discurso de orden el historiador Edgardo Mondolfi Gudat en la sesión solemne la Asamblea Nacional para conmemorar el 207 aniversario de la firma del Acta de la Independencia, el 5 de julio de 1811.

Durante su intervención, el vicedirector e individuo de número de la Academia Nacional de la Historia comparó el contexto de hace dos siglos con la actualidad de la nación, la cual calificó de hora menguada, “como las muchas que han existido en el país”.

Aseguró que Venezuela vive una ruleta rusa que se dispara cada 30 segundos y acaba con la vida de los ciudadanos, ya sea por la inseguridad, por la escasez de alimentos o por la falta de medicinas.

“Venezuela vive una ruleta rusa que, cuando no se dispara en el caso de un hijo de barrio a quien acribillan para arrebatarle un teléfono celular o un par de zapatos, lo hace en el caso de quien muere en un hospital por falta de reactivos o de otros insumos básicos. En otras palabras, hablamos de una ruleta que dispara de forma implacable contra nuestros mínimos derechos ciudadanos”.

El académico advirtió que el pueblo venezolano está en presencia de un gobierno que estimula que la sociedad bordeé o sucumba al delito, la diáspora de sus ciudadanos y el bachaquerismo, ante la escasez de alimentos que ha llevado a algunas personas a revolver entre la basura en procura de sustento.

Mondolfi Gudat destacó la tarea que le ha tocado desempeñar a los 112 diputados de la Asamblea Nacional. Resaltó también su labor ante la comunidad regional y los organismos internacionales que, afirmó, ha revitalizado cada vez más la sensibilidad ante el padecimiento de los venezolanos.

Aseguró que a los parlamentarios no les ha faltado el aplomo ni la determinación al formular las denuncias y continuar dándole vida a la cámara. Indicó que los legisladores tampoco se han amilanado al cumplir sus tareas, “pese a amenazas, desaires y desplantes en una hora menguada, una hora pavorosa, llena de rabia, decepción y tristeza”.

El Parlamento que se instaló el 5 de enero de 2016 ha sido “un auténtico quebradero de cabeza para quienes han intentado sustituirlo mediante un dudoso y cuestionable artificio” frente a un gobierno “que ha construido toda su política sobre la base de negar la realidad, o que les ha impuesto una dieta de sangre a sus propios conciudadanos y la dieta del acero a los disidentes”.

Con información de El Nacional

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