En los últimos días dos sacerdotes tachirenses han recibido amenazas anónimas y acusaciones de ser parte de las protestas violentas en ese estado. El primero de ellos, el párroco de la iglesia del Espíritu Santo de La Grita, municipio Jáuregui del estado Táchira, Nepomuceno Hernández, fue amenazado por grupos desconocidos a través de panfletos que circularon en la localidad, donde se expone su rostro convirtiéndolo en “un objetivo paramilitar”.
Por otra parte, el sacerdote Domingo Pernía, ha sido acusado de organizar los saqueos en la población de Santa Ana, además de recibir duras críticas por parte del gobernador del Táchira, José Gregorio Vielma Mora, al ser uno de los religiosos que ofició el funeral del joven Daniel Rodríguez, asesinado en la referida población dentro del contexto de la protesta.
– ¿El motivo de las amenazas a los sacerdotes obedece a la postura que ha tenido en los últimos días la iglesia católica?
Cuando uno se hace defensor de la verdad que nos hace libres, hay gente que no le gusta y pueden hacer amenazas. Cuando las amenazas se hacen públicas sabemos quién las hace, pero cuando son veladas sabemos que son obra del maligno que siempre está en las oscuridades. Creo que hay gente que quiere manipularnos, es decir: “tú me das, yo te doy” o “yo te doy, tú me das” y la iglesia no se va a prestar para eso.
Acusar a dos sacerdote de ser los autores intelectuales u organizadores de saqueos, es ignorancia y la ignorancia es atrevida y arrogante. Acusar sin pruebas es una calumnia y la calumnia además de ser un pecado, es un delito penal. Se pone en peligro la integridad de esos sacerdotes.
En estos días los sacerdotes han tenido que mediar para que no haya linchamientos, ni violencia, incluso entre aquellos que no piensan igual que nosotros.
Cuando se ha mediado los sacerdotes han recibido por las redes sociales amenazas, insultos, ofensas y calumnias, algunos se identifican otros no lo hacen. Esto ocurre porque la gente bien sea de un color o de otro quieren que la iglesia haga lo que ellos quieren y no puede ser porque nosotros actuamos de acuerdo al evangelio.
– Han cuestionado la participación de sacerdotes en el funeral del estudiante asesinado en Santa Ana del Táchira, ¿Qué tienen que decir sobre esto?
La ignorancia es atrevida y arrogante en las puertas de la imbecilidad…corro con la responsabilidad de lo que estoy diciendo.
Un sacerdote tiene la obligación moral de enterrar al bueno y al malo. Al bueno, pidiéndole a Dios que premie sus obras y al malo para que perdone sus pecados.
El acto en el que participé, y que siempre lo hago, no fue un acto político sino eminentemente religioso, litúrgico y humanitario, de caridad.
Se sorprendieron porque cargue el féretro pero esto tampoco es primera vez que lo hago, siempre pasa cuando se muere un familiar de un sacerdote y en otras oportunidades. Nada tienen que ver con el pantallerismo. Lo hago por un poco de sensibilidad y porque a veces uno no tiene más nada que dar sino un gesto, un abrazo y las mismas lágrimas de uno para compartir el dolor.
Me parece delicado que personeros del gobierno hayan dicho que el padre Domingo Pernía de la iglesia de Santa Ana, es un hipócrita por haber cargado el féretro, entonces yo también lo soy porque también lo hice y todos los sacerdotes que allí estábamos.
– Hay sacerdotes que están siendo señalados de participar en las protestas y barricadas, ¿Qué opina de la radicalización en contra de los religiosos?
Hemos ido a mostrar nuestra solidaridad con quienes han sufrido los saqueos en zonas populares como Barrancas, también hemos estado en Puente Real, aquí no pueden decir que el Obispo solo es solidario con los ricos (también con los ricos, por supuesto), hemos hecho lo que tenemos que hacer y por eso entonces todos los sacerdotes del Táchira deberíamos ser señalados de “guarimberos”.
Nosotros sí hacemos guarimbas, se la hacemos al pecado, a la injusticia, al mal. Nunca a la libertad, ni a la justicia. Y que estás palabras no se vayan a mal entender, ni a decir que el Obispo debe ser llevado a la justicia militar por lo dicho.
Yo, personalmente he estado en contra de barricadas, de los saqueos, porque pienso que son actos de violencia que atentan contra todos los demás. Respeto a quienes puedan tener esas ideas, pero no las comparto.
¿Que el sacerdote de Pregonero es guarimbero? Que me lo demuestren, ¿Qué el sacerdote de La Grita es quién instiga? Que me lo demuestren, igual con el padre de Santa Ana. Me están preocupando los anuncios donde se dice: “Yo tengo las pruebas”, pero no las muestran. Tengan los pantalones para venir a decírmelo con pruebas, no con suposiciones.
Hace algún tiempo la misma persona que denunció al sacerdote de Santa Ana y de La Grita, públicamente dijo que el rector de la Universidad Católica del Táchira era el financista de las guarimbas, pedí que me lo demostrara, porque la calumnia es pecado y delito. Nosotros no somos ni pendencieros, ni pandilleros, no nos vamos a guindar a golpes con nadie, pero si seguiremos anunciando el evangelio.
Nosotros estamos comprometidos con el pueblo y a mí no me pueden decir que aquí no hay crisis humanitaria. A esta casa (Palacio Episcopal) ha venido gente pobre y con recursos pidiendo ayuda bien sea para conseguir una medicina o algo de alimento y en la medida de lo posible hemos ayudado. Hemos hecho las mediaciones para que se abra un canal humanitario y nos han dicho que no.
En la frontera hemos estado al frente de la crisis conjuntamente con la iglesia de Cúcuta, apoyando a quienes tienen que cruzar a Colombia para adquirir comida o medicinas, lo hacemos sin cobrar nada, nosotros no ponemos alcabalas ni puestos de control para matraquear a la gente, estamos al servicio del prójimo.
– ¿Quiénes se niegan a la apertura de un canal humanitario están cometiendo pecado?
Yo sí creo, así como cometen pecado los violentos, los que saquean, los que matraquean, así como también cometen pecado los bachaqueros, los que contrabandean, también lo cometen todos aquellos que no favorecen al pueblo. Cuando niega el alimento, la medicina, la atención y no escuchan el clamor de la gente. Se están enfrentando es con Dios, con su propia conciencia.
– ¿Cuál es el llamado que hace luego de conocerse que de seis tachirenses asesinados en el contexto de la protesta la mayoría ha sido por balas disparadas por organismos de seguridad?
El primer llamado es a que cese la violencia, el segundo es a que la justicia sea justa, que no haya impunidad y que los verdaderamente responsables sean castigados con todo el peso de la Ley.
A estas personas también hay que pedirles que se conviertan. Hay mucha violencia, no solo se trata de la violencia por represión. El que reprime recibe órdenes, no solo es responsable el que ejecuta sino también quien da la orden y quien impide que las investigaciones se hagan.
Los grupos irregulares que se dedican a hacer violencia, sean del partido que sean porque (los hay de todos los colores), deben convertirse porque ellos no son los dueños de la vida, el único dueño de la vida es Dios.
– ¿Sienten temor los sacerdotes por las amenazas que les han hecho?
No. He hablado con los amenazados, incluso con el que aparece en un folleto que no se sabe quiénes lo declaran objetivo militar, es decir lo pueden matar. Le dije y me respondió: “Monseñor yo me quedó aquí, tengo mi consciencia tranquila, mi trabajo es con la gente”. Lo que sí les he pedido es que abran los ojos, afinen los oídos y que estemos en plena comunicación.
En 18 años que llevo en el Táchira he sido amenazado varias veces y no he sentido miedo porque tengo la confianza puesta en Dios. Si huimos es porque no somos pastores sino mercenarios porque el buen pastor es quien da la vida por sus ovejas. Esto no significa que nos vamos a exponer, a descuidar porque es una situación que amerita prudencia y sindéresis.
– ¿Va a continuar la iglesia reconfortando al pueblo con el mensaje de esperanza a pesar de los señalamientos?
Claro que sí. No todos los días va a haber un comunicado, una exhortación pero todos los días si tenemos un mensaje que da vida y fuerzas, es la palabra de Dios. Nos hemos reunidos los sacerdotes del Táchira para abrir algunas líneas de acción y de compromiso para las próximas semanas que pretenden dar una respuesta desde nuestra fe a la situación del país, una de ellas es intensificar la oración y los espacios de encuentro.
– ¿Cree que la convocatoria a una Asamblea Constituyente es la salida a la crisis?
No creo, porque la forma en que se presenta esa constituyente no es para ir al poder originario porque está reduciendo las posibilidades de acuerdo a lo presentado, a una minoría y darle una categoría que fue ya rechazada por el pueblo en el 2007, con la elección en contra de la reforma constitucional.
¿Por qué no se cumple mejor con la Constitución?, ¿por qué no se convoca a las elecciones? Algunos discuten entre si son generales o no pero sigamos los pasos de la Constitución y eso puede ayudar mucho.
La Constituyente nunca va a ser para quitar el hambre y la desesperanza de la gente, sino más bien para ahondar en las diferencias. Por eso los Obispos hemos tomado una posición que se le comunicó al gobierno, no hemos hecho nada a oscuras, ni en su contra.
Le hago un llamado al gobierno nacional, regional, municipal y legislativo a que no se olviden que ellos son del pueblo y si son del pueblo no pueden obviar que aquí hay hambre, necesidad de medicinas, de seguridad y si los dirigentes son verdaderamente del pueblo es porque son capaces de escuchar los clamores de la gente.
– ¿Qué opinión tienen de las amenazas hechas a gremios que han levantado su voz ante la situación que vive el país?
Eso sencillamente es miedo, no me gusta utilizar la palabra terror pero el miedo va produciendo pánico y el pánico, terror. Yo creo que se está a tiempo de que eso se corrija y si se ha cometido una falta se deben aplicar las sanciones, podríamos decir curativas o punitiva contempladas dentro del ordenamiento jurídico de un país normal.
Voy a mencionar tres ejemplos, en el estado Táchira hay una norma que sanciona a todos los motorizados que se desplacen luego de las nueve de la noche por las calles, ¿por qué no agarran a todos los motorizados que después de las 9 de la noche andan por ahí? No me vengan a decir que es mentiras porque yo los he visto y escuchado. Todo el mundo sabe que quien contrabandea está cometiendo un delito, ¿Por qué no se aplican las normas a quienes contrabandean? Sabemos quién está detrás del contrabando. ¿Por qué no se aplican la Ley a quienes cometen faltas?
– ¿Qué hacer en medio de un clima de confrontación?
No dejarnos llevar por las pasiones, ni por aquello que nos divida y cauce desazón. Hay un texto del evangelio en la carta de San Pablo que dice que Cristo, derribó todo muro de división para crear una nueva humanidad, un verdadero hombre nuevo, no el que nos quieren meter por ahí disfrazado de cosas bonitas que en el fondo es otra cosa.
Tenemos que buscar como iglesia que la gente drene y convierta las fuerzas negativas en positivas, en energías para edificar la paz. No es fácil, porque ¿Cómo consuelas a una madre cuándo su hijo fue asesinado? ¿Cómo consuelas a alguien que ha trabajado todo la vida y le destruyen su bodeguita, su abasto, comercio o su finca? La iglesia debe seguir siendo la creadora de espacios para la paz.
Un familiar mío fue asesinado en Barinas en medio de estas protestas. Esto me toca a mí porque es uno cercano pero también me toca la muerte de cualquier persona. No pude ir a acompañar a mi hermano, a mi cuñada por las condiciones de las vías. El sobrino del Obispo de San Carlos, también fue herido de bala en Barinas…está locura tienen que parar, vengan de donde vengan las balas.
Fuente: El Estímulo
Fecha: 26 de mayo de 2017