Cuando el Banco Central de Venezuela anunció la llegada de los billetes de 500 y 1.000 bolívares soberanos en febrero de 2016, varios economistas coincidieron en señalar que la medida llegaba tarde y sería insuficiente. A pesar de la falta de efectivo circulante, se habían impreso demasiados billetes de 100 bolívares, tanto que la cantidad de piezas se elevó más de 19.000% desde la llegada del bolívar fuerte en 2008, llegando a ser uno de cada tres billetes al ocupar el 31% del circulante.

Y esto parece repetirse ahora con la entrada en circulación del bolívar soberano.

De acuerdo a las estadísticas de billetes y monedas en circulación al cierre de cada mes que publica el BCV en su página web, para finales de octubre de 2018, se estarían imprimiendo demasiados billetes de 2 soberanos y muy pocos de 20 bolívares, si se compara con la existencia de billetes de bolívares fuertes de diciembre de 2008.

Al año de la entrada en circulación de la familia del bolívar fuerte, había un balance entre billetes de menor y mayor denominación. Las piezas de 2, 5, 10 y 20 bolívares eran la mitad de las piezas pero acumulaban un valor del 45% del efectivo, mientras que las monedas y los billetes de 50 y 100 bolívares la otra mitad de piezas con un valor del 55%.

Por el contrario, el billete de 2 bolívares soberanos, con sus 498,2 millones de piezas para finales de octubre, ocupa el 31% de las piezas circulantes. Es decir, el mismo espacio que el billete de 100 bolívares fuertes en febrero de 2016, cuando la escasez de efectivo llevó al anuncio de la primera extensión del cono monetario emitido en 2008. En la otra acera está el billete de 20 bolívares soberanos. Con 46,6 millones de piezas, ocupa apenas el 2,9% de las piezas y el 2,5% del valor, a diferencia de lo emitido para diciembre de 2008.

Eso trae como resultado que el 72% de las piezas tengan apenas un 18% del valor del efectivo circulante. Muchísimos billetes que acumulan poco valor.

Desmonetización a paso lento

Un decreto anunciado por el vicepresidente Tareck El Aissami anunciaba que desde el miércoles, 5 de diciembre, dejarían de tener valor las piezas de la familia del cono monetario del bolívar fuerte. Hasta entonces, se había permitido la circulación conjunta del bolívar soberano con las piezas de 1.000, 2.000, 5.00, 10.000, 20.000 y 100.000. Estas habían sido usadas para pocas transacciones, especialmente el pago de la gasolina.

Sin embargo, la base de datos del BCV arroja que hay aún 2.991 millones de piezas de estas denominaciones que deberán ser retiradas, para pasar a las bóvedas del ente central. Y apenas poco más de 100 mil piezas han sido retiradas entre septiembre y octubre, pues también fueron introducidas 42 millones de piezas en el agosto de la llegada del bolívar soberano. Otra similitud con una mala práctica anterior.

El inmortal marrón

El BCV informa en sus estadísticas que aún existen más de 6 mil millones de piezas de 100 bolívares fuertes. Una revisión de las mismas permite saber que este billete siguió siendo impreso e insertado en la economía, incluso durante el mismo diciembre del decreto de su desmonetización, y esto continuó hasta octubre de 2017. La reducción de piezas circulantes se puede rastrear tímidamente en enero de 2018, pero un mes después apenas habían salido 100 mil piezas de circulación.

Desde abril hasta octubre han sacado 358 millones de piezas, es decir, menos del 6% de las existentes. Y el patrón parece repetirse. Sin embargo, en esta ocasión no hubo alarma por la salida de la familia anterior como sucedió con el billete de 100 bolívares. Durante diciembre de 2016, hubo largas colas para depositar el efectivo, operativos especiales en las entidades bancarias e incluso fallecieron tres personas en protestas reprimidas en el estado Bolívar. Ahora la hiperinflación, que cumplió ya un año en Venezuela, ha diluido el poder de compra de los billetes.

Con información de Efecto Cocuyo

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