“Ya se ha hecho tradición el adelanto de las navidades, de la alegría del pueblo, del canto, del baile, de la cultura, del colorido, de la incorporación de nuestros niños y niñas en las escuelas, en los liceos”. Con esta frase, que a cualquier venezolano le parecería irónica dadas las circunstancias que atravesamos, Nicolás Maduro decretó la obligación de ser feliz en Navidad hace exactamente un mes.
Siguiendo lineamientos gubernamentales, instituciones educativas y organismos públicos se vieron forzados a adelantar la decoración y el cronograma de eventos navideños para crear una idea de ambiente festivo, que dista mucho de la realidad que se vive en las calles.

Mientras los venezolanos se enfrentan a cifras alarmantes de muertes por desnutrición, falta de medicamentos y familias separadas por la migración, se acercan como almas en pena a la última semana del año, en la que lejos de celebrar el nacimiento del Niño Jesús y la llegada de 2018, dedican cada minuto a sacar cuentas sobre lo que podrán costear sin romper la ilusión y tradición que ha acompañado nuestro gentilicio de generación en generación.

Jesús Algarín es padre de dos niños y asegura que comprarles juguetes se hace cada vez más cuesta arriba, “no se consiguen medicinas ni comida, menos podremos comprar ropa o los regalos para los niños. Las utilidades no alcanzan ni para una hallaca, este año ni existen las navidades”. Desde su rol como cabeza de familia asegura que “uno puede luchar”, pero eso lo también hace ponerse en los zapatos de las madres solteras. “Hay mujeres que no pueden ni mantener a sus 3 o 4 muchachos, cómo van a hacer para comprarle un juguete que ahora superan hasta el millón de bolívares. Este gobierno es el que ha hecho una guerra en la economía del país, nadie tiene nada, hoy en día se ha acabado todo”.

Al igual que Jesús, Antonio Molina se pone en el lugar de quienes no podrán tener ni siquiera una “pequeña cenita navideña” como la que planea hacer con su esposa para no pasar la festividad por debajo de la mesa. “Yo no pienso en mí, pienso en todos los venezolanos que merecen tener una mesa navideña como debe ser, como ciudadanos de un país rico y que simplemente una administración fantasma acabó con todo y puso a pasar hambre al pueblo. Este 2017 terminará muy mal porque la situación económica es demasiado complicada para tener unas navidades felices, ni el pan de jamón, la hallaca, la comida, la cena. No va a haber luces, todo va a ser oscuro. Para cambiar esa situación debemos unirnos en oración el 24 de diciembre por un cambio político para el 2018”.

Los estudiantes tuvieron que enfocar su primer lapso en las navidades según lineamiento de la Zona Educativa, sin embargo muchos están faltando a clases por no conseguir los medicamentos para los virus típicos de esta época o no tener ni siquiera para comer. Kelly Colmenares piensa explicarle a sus dos hijos que estas navidades no serán como las otras, porque este año las cosas son “poquitas, hasta donde uno pueda abarcar”, dándole prioridad a los alimentos sobre las tradiciones del estreno y el Niño Jesús.

Además, Kelly las define como unas navidades tristes, principalmente por un nuevo flagelo al que no estaban acostumbrados los venezolanos: el éxodo masivo. “De mi familia, solo seguimos en el país los que estamos en mi núcleo: mi esposo, mis hijos y yo, porque el resto ya se fue, así que nos quedamos solos. Estas navidades no son alegres como las que vivimos años anteriores”.

Lenimar Contreras también ve con melancolía la situación de tantas familias separadas. “Creo que las navidades de este año serán muy tristes, principalmente porque muchos no van a poder compartir una cena navideña en familia porque por la situación país están lejos y eso es lo que más duele, tantos que no van a compartir el sentimiento navideño como en otras temporadas”.

Por último, Carlos Díaz aseguró que estas son las navidades más tristes de su vida, “la situación del país es dramática, insostenible y creo que estoy expresando el sentimiento general de toda la población. Dudo mucho que la mayoría de las personas tenga la posibilidad de dar un regalo como antes, el sacrificio tendría que ser extremo porque todo se está invirtiendo en comida y medicinas, después de eso generalmente no queda para más”.

Prensa Henrique Capriles
24/11/2017

Ir a la barra de herramientas