A una realidad donde no hay cabida para educarse, divertirse y desarrollarse es a la que se han tenido que enfrentar cientos de niños en el país debido al bajo ingreso económico en sus hogares, lo que los ha obligado a salir a las calles a buscar el sustento diario para sus familias, aguantándose el hambre, sed y desprecio de algunos, además de exponerse al peligro de caer en el consumo de drogas y a ser abusados y explotados sexualmente por un bocado de comida.
Lorena Rojas | La Prensa de Lara
Esta situación que golpea la niñez se ve evidenciada en los diferentes semáforos de Barquisimeto, como el de la avenida Bracamonte, Libertador, Venezuela, Vargas, Los Leones y avenida Lara, donde hay grupos de menores de edad que bajo el inclemente sol saltan de calle en calle en cada intersección. Tienen apenas unos segundos para hacer un poco de dinero con un pequeño haragán y un pote con agua y jabón, dos implementos que se han convertido en sus herramientas de trabajo y aunque sus rostros lucen cansados no pueden retirarse a sus hogares sin llevar algo para comer.
Su edad ronda entre los 6 y 14 años, al preguntarles por sus padres sin dar muchos detalles aseguran que también están trabajando y que han tenido que salir de sus casas porque lo que llevan sus papás no es suficiente para todos sus hermanos.
«Tengo tiempo trabajando y lo más difícil de estar en la calle es el sol que a veces es muy fuerte y nos da dolor de cabeza, además que hay conductores que son muy regañones y no nos dan nada», aseguró «Pedro», un pequeño que se encontraba en el semáforo de la Bracamonte.
Pedro destaca que con lo que logra hacer en el día, que pueden ser hasta $5, ayuda a su mamá a comprar comida, detalló que en diciembre tuvo que esforzarse mucho para reunir dinero y comprarse los estrenos.
El director de la Asociación Civil Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), Oscar Misle, aseguró en una entrevista para un portal web que una de las prácticas de explotación infantil que más sucede en Venezuela es la sexual.
«Muchas personas mayores que se aprovechan de la situación de pobreza de los niños para presionarlos a que realicen prácticas sexuales a cambio de dinero. Por supuesto, la crisis se presta para fomentar este tipo de prácticas por medio de los niños», aseguró.
Los menores no sólo se ven en los semáforos, sino también en algunos mercados municipales en donde algunos vendedores de verduras les han dado trabajo descargando la mercancía o atendiendo; sin embargo, es en este mismo ambiente hostil y sin protección donde terminan siendo explotados sexualmente.
«Trabajar para sobrevivir y ser la única pieza de la familia es consecuencia de adquirir una responsabilidad a temprana edad, lo que se presta a que sean víctimas de abuso sexual, explotación infantil, a tener problemas mentales como alucinaciones, trastornos por uso de sustancias como drogas, o ingerir a temprana edad alcohol y cigarrillos», dijo Carlos Chávez, desde el Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente (Cmpnna), ente que otorga los permisos para trabajar.
Venezuela, para 2008, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), contabilizaba que 81.000 niños se estaban dedicando a trabajar, a través de este último boletín, la Central de Trabajadores Únete estimaron que de 24 mil a 32 mil niños se incorporaron a cualquier forma de trabajo sólo en los últimos dos años, por lo que la cifra aumentó alrededor del 60%.
Con información de La Prensa de Lara