El hospital Ruíz y Páez, en Ciudad Bolívar, es uno de los centros centinelas en el estado Bolívar. Personal de salud apenas recibe un tapabocas quirúrgico una vez a la semana, donado por Unicef. Esta organización también dispuso de un equipo para el lavado de manos, pero el centro de salud no tiene agua.
El hospital Ruíz y Páez, en Ciudad Bolívar, no colapsó por la pandemia de COVID-19, la realidad es que nunca estuvo preparado para ser uno de los centros centinelas en Bolívar. Ni médicos ni enfermeros reciben la dotación de equipos necesarios para su protección personal y minimizar los riesgos de contagio al tener que atender a pacientes sospechosos y positivos.
En los últimos días, el personal de salud del hospital Ruíz y Páez protesta diariamente en reclamo de la dotación de insumos de seguridad, así como la protección de las instalaciones. Varias áreas, entre ellas la emergencia, se contaminaron por no cumplir con un protocolo de seguridad para el retiro de fallecidos.
Camilo Torres, vicepresidente del Colegio de Enfermeros de Ciudad Bolívar, aseguró que la única dotación que reciben es de ayuda humanitaria y de Unicef. Sin embargo, esto cubre apenas 1 % de la necesidad real.
Personal de salud apenas recibe un tapaboca quirúrgico una vez a la semana. Su nivel de protección es de 45 %, en comparación con las mascarillas N95, con 95 % de protección, usadas una sola vez. Actualmente, cuentan solo con 60 % del personal de enfermería.
Trabajamos porque somos venezolanos y queremos ayudar a nuestros hermanos», afirmó el enfermero, cuyo salario es de apenas 5 o 6 dólares mensuales, en promedio.
Bajo esas condiciones, médicos y enfermeras del Ruíz y Páez atienden los casos que llegan diariamente. El Gobierno reconoció incluso el colapso de los hospitales centinelas en Bolívar, por lo que habilitaron carpas y hoteles sanitarios para pacientes asintomáticos.
«Hay compañeros que se han contagiado. Nosotros no queremos morir ni tampoco exponer a nuestra familia», destacó Torres.
Hospital sin agua
El vicepresidente del Colegio de Enfermeros cuestionó también que el hospital Ruíz y Páez no cuente con un pasillo de desinfección con alcohol al 70 % para el personal.
La Unicef fue la que instaló un equipo de lavado de manos en la entrada del hospital, pero, como ocurre en todo el país, no hay agua en la institución. Colocaron un tanque que solo alcanzó para dos o tres días y el hospital sigue con las mismas carencias.
A esto se suman las amenazas que reciben a diario sobre las consecuencias de no atender a determinado paciente, o si estos no se recuperan.
Cuentan con nosotros como profesionales, pero necesitamos los insumos para trabajar», reiteró Torres.
A través de redes sociales se difundió un video de una doctora que relató las amenazas por parte de un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), por la exposición que tuvo su esposa con pacientes con COVID-19. No solo la amenazó con encarcelarla, sino con matarla.
Condiciones del Ruíz y Páez
De nueve pabellones con los que cuenta el hospital, apenas funciona uno. Solo tienen una máquina de Rayos X, 12 ventiladores y pocas tomas de oxígeno. Solo reciben 20 pruebas rápidas cada 24 horas. Es una situación que se repite en los demás centros centinelas del estado.
De acuerdo con la organización Médicos Unidos por Venezuela, hasta el 13 de julio contabilizaron 20 trabajadores del sector salud que murieron por COVID-19, entre ellos un médico de Bolívar, con contagio probable. Este médico gastroenterólogo falleció en una clínica de Ciudad Guayana.
En vista del colapso de los hospitales centinelas, las clínicas están obligadas a recibir y atender a pacientes de COVID-19. Esta clínica fue desinfectada posterior a la muerte del médico y otro paciente, con apenas horas de diferencia. Lo mismo ocurrió este 16 de julio en otra clínica de la ciudad.
El problema al que se están enfrentando las clínicas privadas es el retardo para sacar a los cuerpos de los centros de salud. Quienes realizan este trabajo en funerarias temen contagiarse porque tampoco cuentan con el equipo de bioseguridad necesario para el manejo de cadáveres.
Con información de Crónica Uno