El Ministerio de Salud y la directiva del hospital J.M. de los Ríos aún no culminan las obras inconclusas que tiene el pediátrico, que datan incluso desde 2014, y que han comprometido a diferentes servicios, que fueron mudados a otros espacios, y han influido en la reducción de cupos hospitalarios que se acentúa desde el año 2007, según consta en los informes que elaboran los pediatras de la Sociedad de Médicos del centro de salud.

Es una problemática que la Contraloría General de la República inspeccionó en 2014, y luego en 2016. La Contraloría constató, entre 16 de mayo y el 6 de junio de 2016, que los servicios de hemodiálisis, medicina I y II y oncología (torre de hospitalización), infectología (torre de hospitalización y aislamiento) y medicina III, radiología, farmacia y psiquiatría y residencias médicas de la torre de consulta Dr. Enrique Pérez Guanipa están funcionando en otros espacios acondicionados para su operatividad debido a los trabajos de remodelación, acondicionamiento e instalación de recolección de agua servidas que se encontraban paralizados.

Los médicos aún denuncian que obras como por ejemplo el ala norte del piso 3, donde está ubicado Medicina III, tienen cinco años demolidas y aún no han sido recuperadas. Las alas norte y este del servicio de Medicina II también tienen los cuartos y los baños demolidos, a la espera de ser rehabilitados.

Estas obras no fueron tomadas en cuenta para su reacondicionamiento en junio de 2017, cuando el presidente Nicolás Maduro aprobó 79 mil millones de bolívares para remodelar algunas áreas del hospital, como la sala de Caumatología, que fue inaugurada en enero de este año y actualmente permanece cerrada por falta de médicos.

También se evidenció que el área donde originalmente funcionaba el servicio de farmacia aún no está habilitada; ni siquiera el espacio de oncología, ubicado en el sótano, que permanece clausurado desde el año 2015 por problemas de infraestructura. El área de oncología está en los pisos 5 y 6 de la torre de consulta, en los espacios donde anteriormente estaban los servicios de terapia intensiva cardiovascular (piso 5) y terapia intensiva quirúrgica (piso 6), servicios que están inoperativos por falta de equipos y personal médico y de enfermería.

La obras inconclusas impactaron en la reducción de camas hospitalarias, situación registrada por la Contraloría en sus informes de 2014 y de 2016.

En 2016, el organismo señaló que de un total de 300 camas, el hospital contaba, para el mes de marzo de ese año, con 165 camas; es decir que el pediátrico funcionaba solo con 55% del total de cupos. Para el 6 de febrero de 2019, cuando se dio a conocer el último reporte de la Sociedad de Médicos del J.M. de los Ríos, reportaban que había 164 camas operativas, por lo que el pediátrico, en dos años, no ha podido reactivar esos cupos hospitalarios.

Los médicos denuncian que el descenso de camas se ha acentuado desde el año 2007 y lo atribuyen a las obras de infraestructura aún sin culminar en algunos servicios del pediátrico, como Medicina II, y al déficit de médicos y enfermeras que, alegan, se ha incrementado considerablemente por la crisis económica y las condiciones precarias para ejercer en el hospital.

Otras fallas persisten

También se constató que los ascensores aún siguen presentando fallas, tal como lo reveló la Contraloría en 2016: de nueve elevadores, tres están operativos. El año pasado, el de la torre de consulta había presentado fallas y obligó al servicio de lactancia materna a atender en el cafetín. También, a principios de 2018, el ascensor que sirve para subir a los pacientes a quirófano presentó daños.

En la estructura aún persisten filtraciones ocasionadas por la ruptura de tuberías; por ejemplo, en Nefrología, área remodelada en 2018, se puede observar la reparación de una de las paredes afectadas por el daño en un conducto de aguas negras, que obligó al personal a paralizar las consultas y las diálisis.

Los cinco tanques de agua de hospital también presentan roturas, como lo constató la Contraloría en 2016, al detectar en los depósitos unas 24 fugas. En el área de quirófanos, también remodelada el año pasado, se apreciaron agujeros en los techos.

Tampoco hay actualmente ambulancias para trasladar a los pacientes. Tres de las cuatro que tiene el hospital aún están paralizadas en el estacionamiento por falta de repuestos. Los médicos indican que hoy no tienen vehículos disponibles.

El área quirúrgica también está seriamente comprometida. La Contraloría determinó que de nueve quirófanos que tiene el J.M. de los Ríos, tres estaban operativos. Actualmente son estos tres pabellones los que prestan servicios de cirugía en el hospital; sin embargo, los médicos enfrentan el déficit de anestesiólogos y carencias de insumos médicos quirúrgicos que obligan a paralizar las operaciones electivas en diferentes oportunidades. El piso donde están las salas de cirugía tiene agujeros en el techo, a pesar de que esa área se remodeló hace un año.

Con información de El Pitazo

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