La malaria se ha replegado en América Latina, donde varios países serán declarados libres de esta enfermedad en los próximos años, pero con la excepción de Perú y la gran sombra que representa la situación en Venezuela, donde los casos se han triplicado en los últimos cinco años.
“Estamos viendo progresos, no hay duda de esto. Pero hay lugares más complicados, con una alta prevalencia y donde el progreso es más lento. También hay circunstancias en las que vemos reveses y un caso notable es Venezuela”, declaró el director del Programa de Malaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Pedro Alonso.
El especialista señaló que en ese país se observa “un incremento masivo de la malaria”, mientras que en otros países de la región -Perú y Nicaragua, en particular- también se ha visto un aumento de casos de malaria, aunque más moderados.
“Esto es un recordatorio de que la malaria es una enfermedad difícil. La historia nos ha mostrado que si levantamos el pie del acelerador podemos ir hacia atrás”, reflexionó Alonso en la presentación ante los medios del informe anual sobre la evolución de la malaria en el mundo.
Según las estadísticas que incluye el estudio, el número estimado de casos de malaria en Venezuela en 2015 fue de 230.000 y el de fallecidos de 220, frente a los 78.000 casos y 72 muertes en 2010.
“En la última campaña de erradicación de la malaria, en los años sesenta, Venezuela fue el país del mundo que lo hizo mejor y 40 años después es el que lo está haciendo peor”, señaló el responsable de la malaria en la OMS.
Reconoció que la evolución de la malaria “no es lineal y depende de múltiples factores que hacen que se pueda progresar o retroceder”.
Entre los factores que han influido en el retroceso experimentado por Venezuela, mencionó que “hay problemas claros” en el acceso a los test de diagnóstico, a los tratamientos, así como para la distribución de mosquiteras.
También señaló que las poblaciones móviles y “algunos de los trastornos en el país en los últimos años deben haber contribuido a esta situación”.
Perú es otro país donde se ha registrado un aumento considerable de casos, con 150.000 el año pasado frente a los 63.000 de 2010, lo que los expertos de la OMS consideran puede deberse, entre otras causas, a los trastornos climáticos causados por El Niño.
Ello supone prácticamente un retorno a la situación de hace quince años, cuando los infectados llegaron a 140.000, según el informe.
Nicaragua es otro país al que la OMS sigue con atención en relación a la malaria, con 4.600 casos en 2015, frente a 1.400 cinco años antes.
Brasil, por su parte, exhibe una evolución positiva, con 180.000 casos y 50 muertes el año pasado, frente a 440.000 enfermos y 98 fallecimientos en 2010.
“El mensaje no es que América Latina lo está haciendo mal, sino bien. Argentina pronto será certificada libre de malaria, Paraguay seguramente lo será en 2018 y estamos empezando el proceso de certificación con Costa Rica. Una importante proporción de países que eliminarán la malaria vienen de esta región”, aclaró Alonso.
Entre los 21 países que se han marcado el objetivo y tienen posibilidades de ser certificados libres de malaria para 2020, el experto también citó El Salvador y México.
Pese a los avances en la lucha mundial contra la malaria, esta enfermedad sigue causando 429.000 muertes cada año, de las que un 70 % son niños.
Entre los menores de cinco años, la malaria es una de las mayores causas de mortalidad, con una muerte cada dos minutos.
De los decesos, el 92 % ocurre en África subsahariana, donde se registran nueve de cada diez casos del total de 212 millones que ocurren anualmente en el mundo.
Entre las medidas que han permitido realizar progresos considerables se encuentra la disponibilidad de test de diagnóstico rápido, con los que ahora se llega a la mitad de niños africanos con fiebre que buscan atención médica, antes de hacerles un tratamiento antimalaria.
Asimismo, en cinco años ha aumentado cinco veces -hasta llegar a una cobertura del 31 %- el número de mujeres embarazadas que reciben un tratamiento preventivo, mientras que el 53 % de personas que viven en zonas de riesgo de África ahora tienen mosquiteras, frente a un 30 % en 2010.
FUENTE: EL ESTIMULO
FECHA: 26 DE DICIEMBRE DE 2016