El número de desastres naturales que ocurren en el mundo se mantiene estable, pero ahora son más intensos y mortales, confirmó este jueves un análisis conjunto de la ONU y del Centro de Investigación sobre la Epidemiología de los Desastres (CRED).

«El número de desastres no ha aumentado significativamente, pero cada suceso es más intenso y su impacto es mayor», confirmó la experta de ese centro, Debardati Guha-Sapir, al presentar el estudio en el que se analizan veinte años de datos relacionados con catástrofes naturales.

Su publicación coincide con el Día Internacional para la Reducción de los Desastres y con la crisis que sufre Haití tras el paso del huracán Matthew, que ha dejado el suroeste del país en ruinas, centenares de muertos y miles de heridos.

Las últimas cifras provisionales divulgadas ayer en Haití por Protección Civil indican que Matthew causó 473 muertos y 75 desaparecidos, dejó 339 heridos y obligó el desplazamiento de 175.000 personas.

Ningún país desarrollado se encuentra en la lista de los diez que han registrado más muertes por desastres naturales y que encabeza Haití, con 229.699 muertes en el periodo 1996-2015.

Le siguen Indonesia (180.136) y Birmania (139.515), que como Haití sufrieron igualmente grandes desastres: el tsunami del Océano Indico y el ciclón Nargis, en 2004 y 2008, respectivamente.

Con la mayor mortalidad por desastres figuran a continuación China (123.937), India (97.691), Pakistán (85.400), Rusia (58.545), Sri Lanka (36.433), Irán (32.181) y Venezuela (30.319).

Entre los países europeos, la causa común de las mayores tasas de mortalidad fue la ola de calor de 2003, que dejó alrededor de 20.000 muertos tanto en Italia, como en Francia; unos 15.000 en España y más de 9.300 en Alemania.

Japón es el otro país industrializado con una mortalidad elevada, en este caso por el terremoto de 2011, que causó cerca de 20.000 decesos.

De manera general se estima que la mortalidad en los países pobres es cinco veces mayor por desastres comparables que en naciones pobres.

Asimismo, se cree que la estimación oficial de víctimas mortales de desastres naturales como las olas de calor es muy inferior a la realidad, particularmente en el sureste asiático y en África subsahariana.

FUENTE: INFORME 21

13 DE OCTUBRE DE 2016

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