El oriente del país se mantiene en cola por gasolina. La escasez, que inició a mediados de mayo, continúa afectando al interior del país y en la región oriental reportan que la falta de combustible ha empeorado en la última semana. Las personas pasan más hasta 24 horas esperando en interminables filas de carros para obtener solo 15 litros.

“Siete horas de mi vida perdidas en una cola para solo recibir 15 litros de gasolina, porque resulta que le quise pagar al bombero con un billete de 20 bolívares y me dijo que eso no servía”, expresó una una residente de Lechería, estado Anzoátegui, que prefirió resguardar su nombre, este 17 de junio. De ahí intentaron en otra estación, pero la gasolina se acabó.

“Discutí con el bombero por eso. Luego traté de llenar en Barcelona, pero no pude. En la última semana puedo decir que he invertido tres días laborales de ocho horas en promedio”, aseguró.

En esta entidad oriental se registran colas de alrededor de 300 vehículos por estación. Las bombas comienzan a trabajar a las 9:00 am, con usuarios que desde la madrugada esperan para surtir. Sin embargo, la gasolina solo alcanza hasta el mediodía.

“La gente está durmiendo en las bombas y los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y los dueños de bombas haciendo fiesta cobrando en dólares a quienes no quieren hacer colas”, aseguró.

Anzoátegui está al borde de la paralización. Las vías están congestionadas por las filas de vehículos. Si desde el 9 de junio se registraban tres horas de espera para surtirse, el tiempo se triplicó en los mejores casos para esta fecha. Y por el reciente plan de regulación, tan solo se pueden surtir un máximo 30 litros de combustible.

Mientras, el transporte público ha mermado, porque las pocas unidades que quedan operativas pasan horas en cola también. El gobernador de la entidad, Antonio Barreto Sira, expresó este lunes su preocupación por la escasez del derivado petrolero, a la que se le suman los cortes eléctricos.

Monagas afectado

En las calles de Maturín, capital de Monagas, las colas de vehículos en las estaciones de servicio son kilométricas y se pierden entre las avenidas. Otras gasolineras se mantienen cerradas sin combustible.

En este estado oriental, los automóviles pequeños tienen permitido llenar un máximo de 30 litros de gasolina en cada visita, lo que no representa un tanque completo en la mayoría de los casos.

Los transportistas también están perjudicados por esta escasez. Pasan hasta nueve horas en cola, mientras el servicio de transporte público está fuertemente limitado. Los usuarios en las paradas esperan hasta dos horas por un autobús.

Mientras, el comercio tiene la operatividad limitada y tanto lugares de trabajo como instituciones educativas reportan baja asistencia, según fuentes locales.

Con información de Efecto Cocuyo

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