Un grupo de pacientes crónicos protestó a las puertas de la Dirección de Salud del estado Lara para exigir a las autoridades la dotación de insumos y medicamentos y la reactivación de consultas, cirugías y terapias en los centros asistenciales públicos que están paralizados en 80 %, según cifras del Colegio de Médicos del estado Lara.

Pacientes renales, hipertensos, diabéticos, psiquiátricos, oncológicos y neurológicos se declararon una vez más en emergencia frente a la Dirección de Salud de la entidad. La institución cerró sus puertas durante la acción de calle por el derecho a la salud y la vida.“¡Medicinas ya!” y “basta, basta, basta de tormentos, los pacientes mueren sin medicamentos”, fueron las consignas de los pacientes que emplazaron a las autoridades regionales a cumplir con los acuerdos suscritos en siete reuniones.

El vocero de la organización no gubernamental (ONG) SOS Pacientes Renales, Douglas Morales, indicó que solicitan mantenimiento y reparación de ambientes y equipos en las nueve unidades de diálisis de la entidad, así como la instalación de plantas eléctricas; tratamientos completos para los pacientes crónicos; entrega constante de insulinas de acción rápida y prolongada para diabéticos; reemplazo de catéteres y fístulas a los pacientes en diálisis peritoneal y hemodiálisis; reactivación de pabellones en el Hospital Central Antonio María Pineda; realización de exámenes de laboratorio y estudios especializados y garantizar transporte y mejores salarios al personal de médico y de enfermería, que renuncia por la ausencia de incentivos.

Sin remedios ni servicios básicos

Los programas de atención para pacientes crónicos están cerrados o funcionan sin personal calificado. “Estamos al borde de la muerte y desamparados. Las unidades de diálisis no tienen nefrólogos ni especialistas para los trasplantados. No hay internistas ni endocrinólogos para los diabéticos y contratan a médicos cubanos o integrales para atendernos, pero no están en capacidad”, reclamó Susana Mújica.

Vidas en riesgo

Douglas Morales advirtió que muchos pacientes renales están complicados porque no reciben diálisis efectivas, y la entrega de hierro, eritropoyetina, ácido fólico y otros suplementos es irregular. Los pacientes trasplantados también están en riesgo porque el Estado no suministra los inmunosupresores.

Soribel Yústiz tuvo un rechazo agudo de órgano porque en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) le modificaron el tratamiento y presentó efectos adversos. “Los medicamentos que tomábamos nunca más llegaron. A mí me entregaron el genérico del Micofelonato mofetilo importado de la India y me ocasionó problemas estomacales, igual que a otros pacientes. Pude perder el trasplante”, señaló.

Cuando los pacientes renales sufren complicaciones no tienen camas garantizadas en los centros, y el déficit de insumos y medicamentos solo genera más gastos. “Una bolsa de sangre cuesta 400.000 bolívares”, detalló Morales.

Desenlace trágico

Los pacientes crónicos y agudos ahora se debaten entre comprar comida o medicinas, advirtió la directora de Médicos Unidos capítulo Lara, Luzmila Leal. “En Venezuela no hay tratamiento adecuado ni continuo por varios factores, incluyendo el desabastecimiento de medicamentos e insumos para enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, leucemia, hemofilia, del sistema digestivo, neurológicas o las enfermedades agudas y de emergencias como las infecciones. Hemos visto la evolución trágica de cualquier enfermedad. El paciente llega a las máximas complicaciones con grave deterioro en la salud”.

Con información de El Pitazo.

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