Alivio. Eso fue lo que sintió Vicky Fernández cuando el cultivo que le hicieron a su hijo Andrés dio negativo. El adolescente de 14 años era uno de los afectados por el brote infeccioso que contaminó la unidad de hemodiálisis del hospital infantil J.M. de los Ríos desde febrero de este año. Seis meses y cuatro víctimas después, los niños hospitalizados y afectados por los gérmenes fueron dados de alta. Los exámenes arrojaron resultados negativos.
Niños como Carina, Andrés y Deivis, que estuvieron desde que comenzó el brote y se infectaron, ya fueron dados de alta. Sin embargo, Vicky permanece a la espera de que a su hijo le hagan un cambio de catéter para volver a casa. Aseguró que ya tiene una semana esperando y que no hay quirófano porque está en remodelación.
La promesa de terminar la remodelación del quirófano quedó para este viernes, 18 de agosto. Hasta entonces, las operaciones de todos los servicios del hospital están paralizados. “Los trabajos empezaron este lunes. Dijeron que para el viernes lo entregan. No sé si haya posibilidades, pero hay que estar pendientes por si demora más tiempo”, señaló Belén Arteaga, jefa del servicio de Nefrología.
“Están haciendo remodelaciones en el piso de abajo porque viene yo no sé quién al hospital, pero no hay el antibiótico Linezolid. Hasta ayer tampoco había Meropenem (otro antibiótico), que estuvo en falla durante días”, se quejó.
Fin a una pesadilla
“Hay que ver todo lo que yo hice por mi hijo estos seis meses”, recordó Vicky Fernández, quien participó en cuanta protesta hubiera para dar a conocer lo que estaba sucediendo puertas adentro del hospital. “Él fue uno de los que luchó bastante. Mira lo que le pasó a a Raziel, a Dilfred, a Samuel, a Daniel…”, dijo sobre los tres pequeños y el adolescente que no lo lograron.
Daniel Laya, de dos años, murió en junio y fue el último en fallecer tras contraer la infección. Primero fue Raziel Jaure, de 10 años de edad, quien murió el 3 de mayo por el germen klebsiella; después Samuel Becerra, de 12 años, por una infección del germen pseudomona; y el tercero fue Dilfred Jiménez, de 16 años, también infectado con klebsiella.
Sandra Galíndez es mamá de Deivis Pérez, de 14, el último menor presente cuando apareció el brote infeccioso y que sigue contaminado. Al igual que el hijo de Vicky, su hijo espera que vuelva a abrir el quirófano para que los galenos hagan el cambio de catéter. Hasta entonces, no puede hacerle los cultivos para determinar si el germen fue totalmente erradicado o si aún sigue en su organismo.
“Yo lo veo mejor. Ya no le dan fiebres tan altas, así que si todavía lo tiene, está muy débil por los antibióticos”, dijo Sandra. Mientras tanto, espera para hacerle el cultivo a su hijo: son tres exámenes y cada uno cuesta 17 mil bolívares, un monto que no tiene.
Al igual que los demás niños, Andrés y Deivis deberán asistir a la unidad de hemodiálisis tres días a la semana después de que les den de alta. El miedo de vivir otra pesadilla similar a la vivida durante estos últimos meses sigue latente. “Yo siempre pienso en qué podría pasar si él (Deivis) se vuelve a contaminar; pero es un riesgo que tengo que tomar. No quiero que pasamos el resto de nuestras vidas en este hospital”, aseguró Sandra Galíndez.
No a las donaciones
A Ritzabeth, de 15 años, la dializaban en la Unidad de Diálisis de San Antonio de los Altos, pero las altas fiebres que presentó después del proceso encendieron las alarmas en su familia y fue hospitalizada en el J.M. de los Ríos. Allí, entre los nervios de sus familiares por el brote infeccioso, recibió sus diálisis. Este miércoles, 16 de agosto, luego de realizarle los cultivos, se determinó que Ritzabeth está contaminada.
Aún se desconoce dónde agarró la bacteria la adolescente. Sin embargo, la doctora Belén Arteaga, jefa del servicio de Nefrología del hospital infantil, indicó que la infección no es motivo de alarma en casos como este. “No es de preocupar que un paciente que se realice la diálisis esté infectado. Lo que no es frecuente es que sean varios pacientes a la vez y que haya un brote como hubo antes”, explicó.
La adolescente ahora deberá recibir antibióticos para su tratamiento, tarea harto difícil, según Arteaga, porque los medicamentos para combatir la bacteria no han llegado. “También se nos acabaron las donaciones que teníamos”, lamentó.
Vicky Fernández denunció que “por órdenes del director” las ONG y fundaciones que ayudan a las mamás de los pacientes del J.M. de los Ríos no pueden ingresar donaciones, como fórmulas o comidas, al centro de salud. “¿Cómo hago yo para ponerle un pañal a mi hijo si cada uno me cuesta 3.500 bolívares? Yo no tengo ese dinero y aquí no me los dan”, inquirió.
Fuente: Efecto Cocuyo
Fecha: 17 de agosto de 2017