Pacientes renales sentados en las afueras del Centro Médico «El Ávila» denuncian que en este recinto no se cumplen las medidas básicas de bioseguridad contra la COVID-19. Sorprendidos señalan hacia la entrada principal, para demostrar que no colocan la bandeja con cloro y desde hace varias semanas no desinfectan las suelas de sus zapatos.
«Es insólito, cuando todo el mundo pregona las medidas de protección y aquí, siendo pacientes renales estamos a riesgo de contagiarnos», lamenta Raúl Montesinos, quien tiene siete años con tratamiento de diálisis y siente temor de un posible contagio, porque su cuerpo no pueda responder a este agresivo virus.
Cuestionan que en centros de salud deberían permitir el acceso, luego de una fila con distanciamiento. Los pacientes desinfectan los zapatos en un recipiente con cloro y le aplican alcohol o gel antibacterial en las manos. Una medida que apenas se cumplió durante los primeros meses de pandemia.
A la deriva
Un grupo de pacientes se enteró que dicho recinto no cumplía esta medida por no tener ningún tipo de dotación. Pero se cunden de temor cuando recuerdan que recientemente fue atendido un señor con todos los síntomas del Covid 19. «No se puede trabajar a medias, porque nuestro organismo ya está debilitado, luego de varios años de diálisis», recordó Angely González, quien tiene una decena de años dependiendo de este tratamiento.
Lo único que reconocen es el esfuerzo que hacen al suministrarles un tapaboca nuevo, pero justo cuando es el turno de ser atendido. El temor lo viven cuando llegan a la sede y quedan expuestos a la posible contaminación por todos los agentes en la calle.
No se quejan de la atención y aplicación de la diálisis, pero les preocupa esa tranquilidad en el acceso general. Sólo desean su control interdiario como pacientes renales y con la seguridad de estar protegidos del virus.
Con información de La Prensa de Lara