«Mi sobrina política murió a los 30 años, a falta del tratamiento para calmar sus convulsiones», lamenta la enfermera Nohemí Arrieche. Un viacrucis que sufrió la familia, cuando la madre de la víctima cayó hospitalizada y no había quién se dedicara a buscarle los fármacos a su hija, cuyas crisis empezaron con una meningitis. Un cansancio con la preocupación de no poder ubicar o conseguirlos muy costosos.

El equipo de LA PRENSA recorrió varias farmacias del oeste y centro de la ciudad. Los farmacéuticos muestran los anaqueles con los espacios vacíos, donde deberían tener los anticonvulsivos. Muchos laboratorios o droguerías pueden tardarse hasta 2 meses en surtirlos y los precios son cambiantes. El más común es el Valpron, cuyo blíster de 10 pastillas oscila en Bs 2 millones 100 mil y la caja de 30 pastillas en promedio de casi Bs 7 millones. Esa presentación detallada es una salida de emergencia, pero apenas les alcanzaría para un poco más de una semana de consumo.

Esa es la opción que el auxiliar Henry Torres, desde Farmacia Vargas, ofrece a pacientes o familiares. Pocos pueden disponer de ese dineral para llevarse la caja y así asegurar el tratamiento de un mes. «Vemos esos rostros de preocupación, cuando no consiguen o les toca llevar las pastillas incompletas», lamenta de ese recorrido que realizan por varios establecimientos. Las caras terminan siendo conocidas, ante lo recurrente de procurar el fármaco.

Por resolver

Algunas farmacias pueden conseguir apenas 6 cajas de 30 unidades que son vendidas en la semana y en casos como la Farmacia Larense, Edith Torres confirma que tienen una lista de pacientes. La realizan manuscrita y luego la depuran con la actualización de la data con el respectivo récipe vigente. Cuando les llega el medicamento, llaman a los interesados y deben acudir lo más pronto posible. No hay excepciones, familiares o pacientes deben apurarse por tratarse de una venta rápida y de acuerdo al orden de llegada.

La carbamazepina es una de las que puede encontrarse cada 2 meses y actualmente con el blíster entre Bs. 1 millón 200 mil a 1 millón 600 mil. Mientras con el fenobarbital se tiene una diferencia entre Bs. 900 mil a 1 millón 300 mil del precio actual. No se queda atrás el Valpron en jarabe y a un costo de Bs. 4 millones 100 mil.

Farmaencuentro, es una de las más cercanas al hospital Antonio María Pineda y tiene una de las excepciones, que aún conserva precios viejos. Tenían disponible la caja de 30 pastillas de gardenal en Bs. 415 mil y el blíster de carbamazepina en Bs. 460 mil. Gisela Fréitez, auxiliar farmaceútica, resalta que la dotación depende de la rápida respuesta del laboratorio o droguería. Es muy relativo y por lo general, pocas veces se quedan sin los principales anticonvulsivos.

Es toda una carrera entre la desesperación por calmar las crisis de un familiar. Evitar su deterioro neurológico en cada convulsión y llenarse de valor para conseguir su tratamiento continuo.

Con información de La Prensa de Lara

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