Hospitales, bancos de sangre y clínicas no tienen los derivados sanguíneos. Embarazadas, nefrópatas, hemofílicos, pacientes con Guillain-Barré y con hipoalbuminemia están afectados.

Con el cuerpo seriamente hinchado llegó Juan González, de 3 años, al Hospital General del Sur (HGS) de Maracaibo. El diagnóstico arrojó que padece hipoalbuminemia, una condición que se caracteriza por niveles bajos de albúmina, la principal proteína del cuerpo humano.

La solución son dos frascos de albúmina concentrada al 20% que, hace diez años, eran distribuidos por el Ministerio de Salud de forma gratuita en todos los hospitales del país. Sin embargo, ahora resulta casi imposible suministrar este tipo de hemoderivados a los pacientes. “No hay”, es la respuesta que se repite diariamente, desde hace más de cuatro años, en los pasillos de los centros de salud y que amilana cualquier esperanza de sanación.

“Tuvimos hospitalizado a Juan durante diez días y logramos corregir en un 50% la deficiencia con transfusiones de plasma. Con la albúmina solo hubiesen sido necesarios cuatro días y el resultado sería de un 100%”, explicó el pediatra Emilio García.

Y es que este tipo de procedimiento no solo es medianamente efectivo, sino que implica riesgos como la transmisión de enfermedades infecciosas, reacciones por incompatibilidad de grupo sanguíneo o alergias. Aunque las medidas de seguridad deberían ser óptimas, se han presentado estas complicaciones.

“A los pacientes ‘chocados’ por hemorragias también se les suele aplicar albúmina. Y en algunos casos de hipotensión, pese a que es menos común, se recurre a este medicamento”, explicó un médico internista.

En la lista de derivados sanguíneos que ya no proveen en los centros asistenciales públicos, bancos de sangre y ni siquiera en clínicas está la inmunoglobulina humana, utilizada para curar trastornos como el Síndrome de Guillain-Barré, en el que el sistema inmunitario ataca al sistema nervioso periférico.

Sindicalistas reportan la falta de materia prima y la lentitud en la asignación de divisas para cancelar deudas e importar insumos y reactivos. En febrero del año pasado se prometió que el laboratorio sería reactivado para lograr generar, semanalmente, 9 mil unidades de albúmina, 5 mil de inmunoglobulina de 100 ml y 2.500 de factor 8. No obstante, la realidad comprueba lo contrario.

El ginecólogo Gustavo Romero explicó que cuando hay incompatibilidad sanguínea en el factor Rh, la madre crea anticuerpos contra el feto. La consecuencia de no colocarse Rhogam es fatal: la muerte  en el útero de los niños en sus próximos embarazos.

Los factores de coagulación 7 y 8, para pacientes con hemofilia, también se esfumaron. La doctora Carmen Montiel, coordinadora de la Asociación Venezolana para la Hemofilia (AVH), filial Zulia, indicó a este diario: “Cuando los hemofílicos están en crisis, les colocan derivados sanguíneos como plasma fresco o crioprecipitado, lo cual implica un riesgo de contagio de enfermedades como hepatitis y VIH. La salud de las más de 2.600 personas que hay en el país con esta condición se deteriora cada día más”.

Con información de: Panorama

Fecha: 21 de agosto de 2017

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