El sector turismo lleva parado siete meses. No obstante, algunos hoteles son utilizados por el Gobierno para atender a pacientes con COVID-19, servicio que no ha recibido alguna retribución monetaria por parte del Estado, de acuerdo con Conseturismo.
La COVID-19 metió a los países en una de las mayores crisis sanitarias de las últimas décadas. Los efectos en la economía ya se perciben, luego de meses de confinamiento. En algunos países ya retomaron actividades comerciales, pero en Venezuela se mantienen las restricciones en la mayoría de los sectores, entre ellos, el turístico.
El Consejo Superior de Turismo (Conseturismo) estima que luego de siete meses de paralización del sector debido a la pandemia, 30 % de los prestadores de servicios turísticos no está en capacidad de retomar sus operaciones, sobre todo, las micro, pequeñas y medianas empresas.
Es poca la maniobra que tienen las empresas en una economía que se contrajo 70 % entre 2013 y 2019. Ecoanalítica calcula que en 2021 la economía venezolana será apenas una quinta parte de lo que fue en 2012. Este año varias firmas han calculado que el Producto Interno Bruto (PIB) caiga alrededor de 30 %.
Desde marzo sectores de alimentos, medicinas y seguridad tienen autorización para trabajar, el resto ha estado paralizado con algunos días de actividad a partir de junio, pero solo para ciertos ramos. El turismo es uno de los que sigue sin superar las medidas de restricción; no obstante, algunos hoteles son utilizados por el Gobierno para atender a pacientes con COVID-19, servicio que no ha recibido alguna retribución monetaria por parte del Estado, según Conseturismo.
En un comunicado difundido este viernes 2 de octubre, el presidente del gremio, Leudo González, propuso suspender el cobro de los servicios de electricidad, aseo, relleno sanitario, gas, telefonía a los hoteles medicalizados, que colaboran desde el inicio del estado de emergencia albergando a pacientes asintomáticos, connacionales y funcionarios de los sectores sanitarios, militares y civiles.
Conindustria, Fedecámaras y Consecomercio son algunos de los que abogan por una reactivación que vaya más allá de una semana de flexibilidad. En el caso de los operadores turísticos estos también manifiestan la necesidad de comenzar operaciones de forma gradual y progresiva y así empezar a dar oxígeno y sustento económico a la actividad.
Conseturismo asegura que han estado preparando y adaptando las operaciones para incorporar las normas y protocolos de bioseguridad establecidas por el Ministerio de Salud y siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
La asociación sugiere ampliar la frecuencia de vuelos humanitarios e incluir vuelos comerciales internacionales lo más pronto posible, en vista de que el aeropuerto internacional Simón Bolívar está adecuado con las medidas de bioseguridad. Asimismo, homologar las normas establecidas entre los países para aceptar y reconocer pruebas COVID-19 presentadas por los pasajeros que regresan al país, incluir procesos de pruebas rápidas y creíbles en el aeropuerto y así permitir que los pasajeros que den negativo puedan llegar a sus lugares de destino sin tener que cumplir con cuarentenas de despistaje.
Mesas de trabajo con el INAC
El 5 de octubre las aerolíneas comenzarán mesas de trabajo con el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil para preparar el posible reinicio de vuelos comerciales en el país a partir de noviembre, según informó Juan Bracamonte, presidente de Avior Airlines, en una nota de prensa.
La semana pasada la Cámara de Empresas Venezolanas de Transporte Aéreo presentó una propuesta al Ejecutivo para reactivar las operaciones aéreas con vuelos no regulares en noviembre, y a partir del 16 de diciembre arrancar con vuelos regulares.
El dato
El sector está compuesto por 15.000 prestadores de servicios turísticos, 10.000 operaciones comerciales, 5000 operaciones particulares y emplea alrededor de 300.000 personas de manera directa y 1.000.000 en forma indirecta.
Conseturismo propone crear un Fondo Especial de Financiamiento para impulsar la recuperación de las empresas turísticas. “Fondos que serían otorgados por el sistema bancario nacional bajo la modalidad de préstamos a mediano plazo, con garantías otorgadas por el Estado y con plazos de gracia para el pago de intereses y capital”, detallan. El gremio también recomienda exonerar el cobro del IVA en los servicios turísticos, derogar la Ley de los Grandes Patrimonios y descartar enterar 1 % a Inatur, por razones de calamidad nacional, prevista en la LOT, entre otras medidas.