El dolor de perder a un familiar se acentúa cuando la escasez de urnas no permite darle sepultura. “Es un asunto difícil de tratar. La fabricación de urnas depende de Sidor para las láminas y la empresa está que quiebra. Eso incrementa los costos del servicio”, dijo el encargado de una funeraria en Caracas.

A eso se suma el incremento de los precios de los servicios funerarios y del entierro. Algunas funerarias suben las tarifas cada mes y medio para cubrir las pérdidas de semanas anteriores. “Nosotros deberíamos aumentar cada quince días porque tenemos menos ingresos debido a los costos, pero no podemos hacerlo tan seguido porque perdemos clientela”, indicó el encargado de una funeraria en El Paraíso.

Sus precios varían entre 250.000 bolívares y 300.000 bolívares. “En ocasiones no ofrecemos el servicio más económico por la falta de ataúdes de metal. Pasamos cuatro o cinco días sin ofrecerlo y perdemos clientes, pues al no tener el servicio, no lo contratan aquí”. Agregó que en agosto del año pasado las tarifas iban desde 80.000 bolívares hasta 90.000 bolívares, lo que representa un incremento en nueve meses de 212,5% y 233,33%, respectivamente.

El encargado de otra funeraria en el municipio Libertador aseguró que en lo que va de año se han visto obligados a subir los precios tres veces. “Los costos aumentan por el precio de los cofres, el sueldo de los empleados y el servicio de cafetería. Antes, en el desayuno trabajábamos con pan, pero ya no se puede porque no hay”, dijo.

La mayoría de los servicios incluye llevar al difunto hasta la funeraria, la preparación del cuerpo, la capilla para el velatorio, la cafetería y el traslado hasta el cementerio. Dependiendo de la funeraria los costos pueden llegar hasta 360.000 bolívares, lo que significa un alza de 928% desde noviembre de 2013, cuando estaba en 35.000 bolívares.

En un cementerio del este una parcela de emergencia cuesta 255.000 bolívares, mientras que una comprada con previsión, 520.000 bolívares. A esto se suma la apertura de la fosa,  por lo que se paga 22.400 bolívares; el derecho a entierro que son 354 bolívares y la placa 62.720 bolívares. En total, una familia cancela entre 527.754 bolívares y 637.754 bolívares, sin contar la lápida y comprando una parcela de emergencia. Para poder cubrir esas tarifas se requieren, respectivamente, 35 y  42,3 salarios mínimos, que está en  15.051,15 bolívares, lo que representa entre tres y tres años y medio de trabajo.

Las urnas escasean

La falta de urnas que afecta a las funerarias se debe a dos factores: solo pueden comprar nueve o diez ataúdes a la semana porque las fábricas las racionan y, a veces, no disponen de suficiente dinero para cancelar un pedido. El presidente de la Cámara Nacional de Funerarias, Tomás Rodríguez, explicó que los fabricantes de ataúdes deben recurrir a productores privados de láminas de hierro pulido, que escasea, para obtener la materia prima.

El metal no es el único que presenta fallas en el suministro; a los fabricantes también se les hace difícil conseguir manillas y plástico. La situación los ha llevado a despedir a más de la mitad de sus empleados porque la producción bajó alrededor de 70%. “Antes fabricábamos 700 urnas, ahora 200. Si no hay trabajo no puedo pagar el sueldo de la gente”, expresó el dueño de una fábrica cercana a Caracas. “Nuestros costos varían todos los días, debido a que los materiales se compran día a día. A veces se encuentra una cosa y otros días otra”, agregó.

En un intento por abastecerse de materia prima, pagaron láminas de hierro por adelantado a Sidor a través de un consorcio. “Eso fue en octubre o noviembre, pero ahora nos van a devolver el dinero porque no nos dieron el material. Si antes con eso compraba cinco bultos de hierro, con la inflación puedo comprar uno”.

La cámara también busca una solución. Su presidente declaró que enviaron cartas a Juan Arias, ministro de Industrias Básicas, y a Miguel Pérez Abad, ministro de Industrias y Comercio. La intención es dar a conocer la situación del sector y la falta de insumos. “La lámina de Sidor tiene un costo asequible mientras que las de otros fabricantes son elevadas. Eso genera una alteración del costo de 90% de ataúdes que se fabrican con esa lámina”, añadió Rodríguez.

“Se trata de un problema de salud  pública y de salud mental. A nadie le gusta que muera un familiar, pero cuando ocurre tienen la expectativa de cubrir los servicios que ofrecen las funerarias. Hay mucha demanda y los servicios aumentan paulatinamente”, señaló.

El DATO

70%  disminuyó la fabricación de urnas por falta de materiales, especialmente las láminas de hierro pulido al frío suministradas por Sidor
928%  aumentó el costo de servicios funerarios y entierros desde hace tres años debido a la inflación y la escasez de productos básicos en el país

Fuente: EL NACIONAL

Fecha: 15/05/16

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