Las carreteras del país son sinónimo de peligro. Viajar por estas vías representa un riesgo para la vida y bienes de los usuarios. Más allá de los huecos, baches, desniveles y otras fallas en el pavimento está la inseguridad que acecha en las rutas, cuya expresión delictual abarcan desde el robo hasta el secuestro.
El Laboratorio de Desarrollo Humano (Ladeshu) de Lara investigó entre agosto de 2018 y febrero de 2019 la criminalidad que se presenta en estas vías y en junio publicó el boletín «El delito en las carreteras desde la experiencia de los transportistas del estado Lara». Se trata de una georreferenciación y por eso no publican datos estadísticos, y aspiran “socializar herramientas para tomar algunas precauciones”.
El boletín describe punto por punto los peligros y riesgos a los cuales están sometidos los usuarios en los tramos que conectan al estado Lara con otras ciudades.
Barquisimeto-Maracaibo: la colocación de “miguelitos” en el trayecto es recurrente. Otro delito que mencionaron los operadores de los autobuses fue el hurto de equipajes. Específicamente en El Corozo, donde delincuentes aprovechan la reducción de velocidad de las unidades de transporte debido a los policías acostados y proceden a abrir las maletas de los vehículos para sustraer los equipajes o ingresar en las unidades. Los transportistas también denunciaron la presencia de delincuentes que se hacen pasar por pasajeros y cometen delitos durante el trayecto.
Barquisimeto a Caracas: los lugares más peligrosos se encuentran entre el estado Lara y Maracay, estado Aragua. El tramo Maracay-Caracas, según los entrevistados, tiene mayor presencia policial. No obstante, para los transportistas no es recomendable viajar en la noche.
De la capital de Lara a San Felipe: los transportistas mencionaron el robo cometido por personas que se hacen pasar por pasajeros. Los delincuentes no solo son hombres, las mujeres también participan en los robos. “Se montan en Lara, cuando vas recogiendo pasajeros por la (avenida) Venezuela y antes del peaje lo roban a uno”, describió uno de los conductores.
Barquisimeto y San Cristóbal: los operadores identificaron como el sitio más peligroso El Pagüey, en el estado Barinas. En esta zona se han registrado secuestros de unidades de transporte público. “A un amigo de la línea lo pararon, le trancaron con un carro y le secuestraron el carro. Con todo y pasajeros, robaron a todos y lo secuestraron a él”, relató uno de los transportistas. Para los conductores, esta ruta se encuentra muy desatendida por parte de los funcionarios de seguridad del Estado. “Uno dice las cosas en las alcabalas a los policías y los guardias y esos no hacen nada. Las autoridades no hacen nada de nada”, dijo.
Choferes y usuarios indefensos
El horario nocturno es poco recomendado por los transportistas. El alto índice de delitos en las carreteras, aunado a las precarias condiciones de iluminación de las rutas, ha modificado el horario de los viajes.
Los conductores expresaron sentirse indefensos. No perciben colaboración por parte de los funcionarios de seguridad del Estado. Ante las preguntas sobre las acciones que practican para evitar ser víctimas de la violencia en las carreteras, la respuesta común se puede resumir en la frase emitida por un conductor de la ruta Barquisimeto-Acarigua: “Pedirle a Dios y seguir trabajando porque uno tiene que mantener a la familia”.
Los conductores mencionaron que entre los objetos más robados están los alimentos que los pasajeros llevan en sus bolsas.
Ante la indefensión, los conductores expresaron ser víctimas de acusaciones por parte de los usuarios. “A veces el pasajero se pone imprudente y dice que uno es cómplice…”.
Para los conductores, no existen estereotipos definidos para identificar a un delincuente. En las entrevistas se escucharon frases como: “Se visten mejor que uno, están bien vestidos».
Las prácticas comunes utilizadas por los delincuentes tienen otro tipo de consecuencias que en el contexto de crisis económica afecta a los transportistas. A causa de recibir impactos con objetos contundentes, pisar “miguelitos” o haber chocado para no impactar con trampas, muchos de los operadores se han quedado sin trabajo.
En general, las recomendaciones realizadas por los transportistas son: la instalación de alcabalas que revisen con eficiencia las unidades y la precaución de los usuarios de no llevar consigo prendas valiosas, específicamente celulares de gama alta.
Con información de Crónica Uno