El parto humanizado se queda en el papel. Por mucho que el Gobierno nacional promueva el discurso de respeto a los derechos humanos de las parturientas, como Nicolás Maduro lo hizo el martes en cadena de radio y televisión, la realidad en los centros públicos es otra, pues las maternidades, en el caso de Lara, muestran condiciones precarias que hacen que la atención de las mujeres sea deficiente o critica en la mayoría de casos.
La realidad que encontró LA PRENSA tras hacer un recorrido por los cuatro grandes centros capacitados para atender a embarazadas desnuda todo lo anunciado por Maduro el miércoles 3 de marzo al inaugurar en Miranda la sala de parto Hugo Chávez donde insistió en la necesidad de llevar el parto humanizado a todas las comunidades del país; de acuerdo a lo denunciado por médicos y familiares atendidos en las maternidades visitadas, en Lara el parto es de todo «menos humanizado».
El primer condicionante con la que se encuentran las parturientas a la hora de dar a luz son las críticas condiciones en las que están las salas de parto en la región.
En La Carucieña, una de las maternidades más emblemáticas de centro occidente ubicada al oeste de Barquisimeto, atienden sólo partos normales, pues no cuenta con el personal para hacer cesáreas y tampoco tiene ambulancias u otro tipo de unidades de traslado para movilizar a una parturienta que pueda llegarse a complicar a la hora del alumbramiento.
En una situación parecida se encuentra la maternidad del ambulatorio de Cabudare. El centro médico más importante del municipio Palavecino atiende a mujeres de forma contada y no todos los días.
«Vemos a las personas que se controlan el embarazo en la institución. Cesáreas no hacemos, pues no tenemos cómo», dicen fuentes ligadas al centro público.
Descartadas dos de cuatro, sólo la maternidad del Antonio María Pineda y la del Pastor Oropeza atienden partos y cesáreas las 24 horas del día; no obstante, el Seguro Social tiene un número limitado de camas, lo que deja al Hospital Central como la única institución capacitada para la atención de embarazadas.
«Se quiera o no todas las mujeres terminan en el Antonio María Pineda lo que genera un colapso evidente en el centro público», comenta el doctor Ruy Medina, exdirector sectorial de Salud en el estado Lara.
Los datos que maneja el experto confirman que, en promedio, el Hospital atiende de 30 a 35 mujeres por día. En las jornadas más complicas son hasta 45 las mujeres que dan a luz en la institución cifra que genera una sobrecarga dentro del servicio, pues no hay tantos médicos para la atención de embarazadas.
Tan evidente es el colapso dentro del área de Maternidad que, el pasado 29 de septiembre de 2019, LA PRENSA publicó imágenes de cómo dentro de la sala de parto eran acostadas dos mujeres en una misma camilla debido a la gran cantidad de pacientes que había. Ese día, el Hospital Central atendió la escalofriante cifra de 53 nacimientos.
«Era recibir un bebé y prepararse para la llegada de otro. No había ni tiempo para quitarse los guantes», decían fuentes internas del Hospital.
Desde entonces la situación no ha cambiado mucho dentro de la maternidad. Personal interno de la institución explica que en el Antonio María Pineda se siguen acumulando parturientas en especial porque la institución no cuenta con insumos para la atención de embarazadas lo que hace que las mujeres deban esperar a que los familiares resuelvan un asunto tan básico como lo insumos médicos para ser atendidas.
René Rivas, presidente del Colegio de Médicos, considera que es una falta de respeto por parte del gobierno hablar de parto humanizado cuando ni siquiera la labor médica está garantizada.
Misión fracasó en Venezuela
El 11 de junio del 2017 el presidente Nicolás Maduro anunció la creación de la misión Parto Humanizado. El objetivo de este proyecto era garantizar que los derechos humanos de las parturientas fueran respetados y llevar a las mujeres a un control prenatal óptimo; sin embargo, los médicos consideran que este proyectó fracasó.
«El parto humanizado ha sido una payasada más del Gobierno en el sector salud», dice el doctor Ruy Medina, exdirector de Salud en el estado Lara, quien considera que en el país lo que hace falta es una mayor educación sexual para que los adolescentes y las mujeres en líneas generales sepan qué hacer durante la etapa de gestación.
«En lugar de gastar plata en esas campañas se debería invertir para que los hospitales tengan equipos para la realización de ecos a las mujeres embarazadas. Garantizar el control de las parturientas debería ser la prioridad para el Gobierno», dice.
Medina considera que hasta ahora no se ha visto el avance de una misión que nació hace casi tres años.
Con información de La Prensa de Lara